Europa Press
Una enzima conocida como MKP-1 se vincula con la depresión y podría potencialmente ser una diana para el tratamiento del trastorno, según sugiere un estudio de la Universidad de Yale en New Haven (Estados Unidos) que se publica en la revista 'Nature Medicine'.
Los autores señalan que la prevalencia y la carga económica asociada con la depresión la convierten en una de las enfermedades neurobiológicas más debilitantes.
A pesar de esto, los mecanismos celulares y moleculares que subyacen a la patofisiología de la depresión no se conocen por completo.
Los científicos, dirigidos por Ronald Duman, aplicaron técnicas genómicas al tejido cerebral humano de personas con depresión y descubrieron una mayor expresión de MKP-1. MKP-1 es un miembro de una familia de proteínas que elimina los grupos de fosfato de las proteínas y sirve como un regulador negativo clave del mecanismo de señalización de la quinasa activada por mitógeno (MAPK) que participa en el funcionamiento neuronal.
Los autores evaluaron el papel de MKP-1 en ratas y ratones y descubrieron que un aumento en la expresión de MKP-1 causaba conductas depresivas.
De forma inversa, el tratamiento con un antidepresivo normalizaba la expresión de MKP-1 y la conducta y los ratones que carecían de MKP-1 eran resistentes a la patología depresiva inducida por el estrés. Esto por tanto subraya la posible relevancia de esta molécula en la patofisiología de la depresión.
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