El equilibrio hormonal contribuye a reducir los riesgos de cáncer, sobre todo del cáncer de mama. Podemos contribuir a ello a base de ciertas pautas.
El poder de las frutas rojas
Las frutas rojas como la granada tanto en extracto como en zumo, los arándanos, o las fresas, también las grosellas, tienen el poder de disminuir la proliferación de células tumorales que dependen directamente de los estrógenos. La fuente de sus propiedades la encontramos en elácido elágico que estas frutas contienen en altos índices.
La fibra y los estrógenos
La fibra posee la facultad de facilitar la eliminación de los estrógenos derivados y también contribuye a reducir los picos de insulina. Por este motivo es recomendable comer unas tres raciones de verduras y hortalizas y dos piezas de fruta al día.
El alcohol y la mujer
El alcohol excesivo en sangre aumenta la producción de los estrógenos libres. Se ha comprobado que las mujeres que ingieren unas seis bebidas con contenido alcohólico por semana pueden aumentar en un quince por ciento los riesgos de cáncer de mama.
La obesidad y sus riesgos
También la grasa acumulada favorece la producción de estrógenos. Si el sobrepeso es habitual, es muy importante plantearse cuanto antes seguir una alimentación reducida en grasa animal e iniciar una rutina de ejercicio físico empezando con esfuerzos moderados.
Las semillas saludables
Utilizarlas en los platos diarios como complemento de la dieta es una excelente idea para protegerse del cáncer de mama. Por ejemplo las semillas de lino contienen antioxidantes que previenen la formación de cánceres de tipo hormonal.
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