Para nosotros los escritores hablar de sexo es tan delicioso, porque es un tema tan amplio, tan variado… tan bonito pues – *suspira complacido*- , que nos permite dar rienda suelta a la pluma –o bueno, al teclado hoy en día– para hacer a nuestros lectores gozar de un buen texto, que además de educativo, logre ser divertido y sensual.
Sin embargo, he de reconocer que no todos tienen la facultad para escribir sobre dicho tema con tanto estilo y clase, pero descuiden, que su servilleta aquí presente tiene maestría y doctorado en esos menesteres, así que me arranco .
La verdad es que el sexo es parte importante de nuestras vidas, pues es precisamente de donde surge la vida misma. Es por eso, que a diferencia de otros animales, nosotros los humanos mantenemos la práctica de dicho acto, no solo por perpetuación de la especie, sino por placer –y más siendo gay o lesbiana– y nada más.
No obstante, el ritmo de vida y las facilidades extremas para conseguir sexo, han hecho de tan sublime acto algo común… y corriente, pues se ha vuelto automático: meter, bombear y sacar ¿what? Todo el mundo puede conseguir sexo en cualquier parte y con quien sea, lo que ha hecho que se pierdan ciertos “must” que antes las parejas procuraban acatar para hacer de la experiencia algo más satisfactorio y placentero para ambos.
De tal manera que yo al ver esa situación –y un poco también porque me ha pasado– decidí hacer una pequeña lista de las cosas que deben tomarse en cuenta para que el sexo, sea casual o no, gay o no, sea glorioso para todos y no un simple mete-saca-mete que termine en una eyaculación más.
Hablar: Y no me refiero a mantener una charla casual mientras están en chivito al precipicio. Me refiero a dejar bien en claro antes lo que les gusta y lo que no. De esa manera se evitarán sinsabores y experiencias poco satisfactorias que de otra manera, tendrán que soportar por pena a externarlas y no quedar como unos santurrones. Si no te gusta, no te gusta y punto. Quien quiera explorar tus carnes debe entender eso, si es que realmente quiere darse el lujo de acostarse contigo.
Higiene: De verdad, créanme que no hay nada más sensual que acostarse con alguien limpio –y no me refiero a que este recién bañado, aunque claro ya depende de los gustos… hay quienes el sudor les prende y ciertos olores– que por lo menos se lava y se talla todos sus rincones como Dios manda. En el caso de los hombres pasivos, se agradece la higiene anal y eso habla bien de ustedes. Así como es desagradable el “requesón” y “fishy odor” en un pene –o vagina-, es desagradable y mata pasión que aquello salga con regalito incluido, aunque haya toda la confianza del mundo… ¡No me vengan!
Condón: A menos de que ya sean una pareja estable y súper comprometida con el otro y haya la confianza al 100, pueden omitirlo, pero si no, nada de que les gana la calentura y se les olvide usarlo. Aunque estén hirviendo cual Kilahuea, siempre tómense unos segundos para colocar el globito. Recuerden que hay otras ETS muy molestas y no solo el sobrevaluado VIH. Además, pueden pedirle a su pareja que se los coloque con la boca, les va a gustar.
Tiempo: Yo sé que el mejor sexo es el que no se planea y ocurre de manera espontánea, por eso cuando ocurra, procuren que sea en un momento donde al menos ambos tengan tiempo para ir disfrutando de cada etapa, sobre todo del pre porque -a mi parecer– puede llegar a ser más excitante que eyacular. Y en el caso de aquellos que lo planean, entonces procuren darse un buen tiempo para que no los agarren las prisas o interfiera con otras actividades; nada de rapidines, que para eso mejor quédense con Manuela.
Creatividad: Si tener sexo se está volviendo algo tan rutinario y aburrido como la programación de TV, entonces es momento de quitarse el miedo a experimentar cosas nuevas y meterle un poco de creatividad. No todo es meterla, venirse y salir. El cuerpo masculino y femenino tienen muchas más zonas erógenas que varían de acuerdo al sujeto y es su deber descubrirlas. No tengan pena de intentar posiciones nuevas o untarse aceites o cualquier sustancia afrodisíaca que se les ocurra. Tampoco de implementar juegos o el uso de disfraces. Nota: a mis queridos hetero, les digo que jamás pongan algo dulce dentro de la vagina de sus chicas, porque el virus de la clamidia se alimenta de azúcar, y lejos de lograr que ella los considere un dios sexual, lograrán una bonita refrescada de madre acompañado de una castración. Gracias.
Comer: En caso del sexo anal, es importante que, de ser posible y para cuando se planee con anticipación, procuren no comer al menos una hora y media o dos antes de cachondear, para no interferir con la digestión y evitar la formación de materia fecal que pudiera adornar sorpresivamente el pene de su acompañante en turno. De lo contrario, si la calentura los agarra de incógnito y acaban de comer, hay dos opciones: abstenerse y esperar a hacer digestión para ir al baño, o, evitar la penetración anal y hacer todo lo demás.
Confianza, seguridad y amor propio: ¡EL MÁS IMPORTANTE! Para tener un buen sexo y además con una persona que te guste, es indispensable que uno mismo comience por quererse, aceptarse y a estar a gusto consigo mismo. Nadie va a acostarse contigo si tú para empezar ni siquiera tendrías sexo contigo mismo o no te estimas o te desagradas al verte al espejo. Si por el contrario, cuando te ves desnud@ eres de los que se gustan, es muy probable que tu seguridad aumente y eso se proyecte a los demás, lo cuál te hará más atractiv@ a los ojos de los demás, aumentando tus posibilidades de tener más y mejor sexo con quien te guste.
Así que mis queridos y amados lectores inspirulinos ya lo saben, a quererse mucho para tocar y ser tocado. Tomen nota y aplíquense para aumentar la calidad –y cantidad- de su vida sexual, que esto de la cachondería y sabrosura carnal se inventó para gozar y ayudarnos a tener vidas más sanas y completas. Ya lo saben, nada de monotonías y más creatividad que la calentura es canija y más canijo el que la aguanta. Muuuua.
Por: Alejandro Toledo
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