La mala circulación es un problema frecuente que provoca celulitis, manos y pies fríos y calambres nocturnos, entre otros síntomas. Cuando las paredes de los vasos sanguíneos pierden elasticidad, la circulación de la sangre se dificulta.
Uno de los factores que causan la aparición de problemas circulatorios es la acumulación de lípidos en las paredes de los vasos sanguíneos, si bien los motivos por los que tiene lugar un trastorno circulatorio, pueden ser diversos.
El calor no es aliado de la circulación por lo que en los meses de verano, sobre todo en los días más calurosos, muchas personas notan más los molestos síntomas, como retención de líquidos, pesadez de las piernas, aletargamiento y calambres nocturnos.
Alimentos poco adecuados
Uno de los factores que influyen de forma más negativa sobre la circulación de la sangre, es el contenido en grasas saturadas de los alimentos. Este tipo de grasa se encuentra en los lácteos enteros, la nata, la mantequilla, los embutidos, el tocino, la repostaría industrial elaborada con aceites de coco o de palma, numerosos platos precocinados, etc. Un consumo excesivo de alimentos ricos en grasa saturada tiende a aumentar los niveles de triglicéridos y colesterol plasmáticos y aumenta la viscosidad de la sangre, lo que dificulta su circulación.
Otro aspecto a tener en cuenta es el contenido en sal de la dieta. La sal es la fuente principal de sodio en la alimentación, mineral que presenta la propiedad de retener agua, por lo que un exceso de sodio puede relacionarse con trastornos circulatorios y de retención de líquidos. Por ello, conviene vigilar la cantidad de sal utilizada para la condimentación de los platos, así como no abusar de alimentos ricos en sodio (o sal) como las aceitunas, los quesos curados, embutidos y aquellos a los que se les ha añadido una cantidad importante de sal durante su proceso de elaboración (encurtidos, salazones, conservas, patatas fritas...). Además existen sustancias como el café, el alcohol o el tabaco, que por su composición y su contenido de toxinas están contraindicados en caso de padecer problemas circulatorios.
Alimentos aconsejados
Existen diferentes alimentos que gracias a su composición y características, contribuyen a mejorar los problemas de circulación sanguínea. La grasa poliinsaturada al contrario que la saturada, tiene la capacidad de disminuir la viscosidad de la sangre, por lo que favorece la corriente sanguínea.
Este tipo de grasa se encuentra en los aceites de semillas (girasol, maíz, soja...), los frutos secos y el pescado azul. Además estas grasas aumentan el "colesterol bueno" y hacen que el "colesterol malo" no se acumule alrededor de las arterias, por lo que evitan la formación de placas en las paredes de los vasos sanguíneos.
Resulta también beneficioso consumir alimentos ricos en potasio. El potasio, al contrario que el sodio, tiene la propiedad de eliminar el agua por lo que es interesante incluir en la dieta alimentos que contengan este mineral, como hortalizas y verduras, frutas frescas, cereales integrales, levadura de cerveza y legumbres. Además, los alimentos vegetales son ricos fibra, un elemento muy beneficioso en caso de sufrir problemas de circulación, ya que la fibra tiene la facultad de captar ciertas sustancias a nivel intestinal impidiendo su absorción, entre ellas el colesterol y las grasas. De ahí la importancia de que incluir abundantes vegetales cada día y en cada comida, sobre todo si se sufren problemas circulatorios.
El consumo de líquidos
Cuando se presentan problemas de circulación, es importante además de llevar una dieta abundantes vegetales, aumentar el consumo de líquidos, ya que facilitan la eliminación de toxinas y mejora la circulación sanguínea.
El agua, es la bebida más recomendable, si bien existen otras bebidas beneficiosas y que en algunos casos resultan más fáciles de tomar como los zumos de frutas y hortalizas o los caldos de verduras. Un modo de ingerir agua es en forma de infusiones. Resultan especialmente aconsejadas las de té rojo, diente de león u ortosifón gracias a su acción diurética. Además existen estudios en los que se demuestra que el consumo regular de té rojo mejora la circulación sanguínea, por lo que una taza al día de este té podría resultar beneficiosa en caso de sufrir problemas de circulación.
Y hacer ejercicio habitualmente (caminar, nadar, correr...), mover las piernas o tenderse con las piernas en alto unos minutos, es la mejor manera para favorecer el retorno venoso y mejorar los síntomas asociados a una mala circulación.
Fuente: http://www.alimentacion-sana.org/informaciones/novedades/acirculacion.htm
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