En el colegio me han dado un informe de mi hijo de ocho años para que lo vea el neuropediatra porque aunque es un niño muy tranquilo y obediente, tiene falta de atención y es muy despistado. El especialista viendo únicamente el informe lo ha diagnosticado de Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH).
Así comienza su relato una lectora del blog, preocupada porque no quiere comenzar el calvario de ver cómo a su hijo lo etiquetan y medican sin que haya motivo.
Me han dado tratamiento con Concerta para un año, revisión en seis meses si las notas del colegio no van bien. He pedido una segunda opinión con otro neurólogo (privado) y sin ver el informe, sólo con unas preguntas me dice que sí, que tiene TDAH y que el tratamiento es Concerta, pero a una dosis mayor; lo he comentado con mi pediatra y me ha dicho que si estos doctores me han dicho que hay que medicar a mi hijo, es lo mejor para él.
Llama la atención que se recete un medicamento con el objetivo de que un niño obtenga mejores notas. Que de las múltiples marcas con el mismo principio activo, metilfenidato, diferentes profesionales elijan la misma y sin ver informes o realizar más pruebas. Pero lo que más me llama la atención es que por la descripción de la madre su hijo es normal, está sano.
Yo mismo era como el hijo de esta lectora; prestaba poca atención en clase (y ahora, sobre todo a lo que no me interesa) y era y soy muy despitado. No creo que esté enfermo. Claro que se puede ser normal y cumplir todos los requisitos para ser medicado con la excusa del TDAH.
Nuestra lectora continúa:
Ninguno de todos esos médicos me ha ofrecido alternativas a la medicación, ni le han hecho a mi hijo pruebas médicas (análisis, electros, etc… para descartar otras posibles causas; ni me han dicho nada de seguir terapias psicopedagógicas. Bueno sí, el pediatra me dijo que me comprara un libro de TDAH para conocer la “enfermedad”.
Mirad qué majos algunos médicos que ahora hacen de visitadores de nuestras editoriales con sus pacientes. Ya puestos recomiendo leer el que escribió el psicoanalista Juan Pundik sobre la materia o mismamente mi La salud que viene. Nuevas enfermedades y el marketing del miedo, que contiene un apartado dedicado al asunto del disease mongering o invención de enfermedades.
Esta persona finaliza:
Por el momento no he hecho nada pero sí que tengo claro que antes de darle medicación a mi hijo voy a buscar todas las alternativas que puedan existir, guiada por el sentido común y prestándole más atención si cabe. Me ha gustado mucho lo que he leído y me gustaría tener en mi entorno personas como Carmeny Carlos (también profesor, que escribe en los comentarios del post de donde viene todo esto), cuyos valores y principios son un ejemplo a seguir en esta sociedad tan desgastada.
Publicado por Miguel Jara (@MiguelJaraBlog) el 11 de marzo de 2013
Fuente: http://www.migueljara.com/2013/03/11/los-profesores-que-no-diagnosticaban-ni-medicaban-a-los-ninos/
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