El reumatismo articular puede aparecer durante el curso de muchas enfermedades, conocidas como enfermedades reumáticas.
OSTEOARTRITIS (Artrosis)
Se produce como resultado del desgaste de las articulaciones, cosa que ocurre, en muchos casos, entre los deportistas y las personas que han usado en exceso algunas de sus articulaciones.
Se suele manifestar durante la vejez, ya que se trata de una consecuencia natural del proceso de envejecimiento, y afecta sobre todo las articulaciones de los huesos que soportan peso, como las caderas, las rodillas o la columna vertebral.
ARTRITIS REUMATOIDEA
En el proceso que origina esta dolencia se produce una inflamación de la membrana sinovial de alguna articulación, que se extiende alrededor de ella, llegando incluso a los huesos. Las articulaciones más afectadas son las de las manos y de los pies, aunque también puede presentarse en las muñecas, las rodillas, los tobillos o el cuello, entre otras articulaciones. Se trata de una enfermedad permanente, donde se alternan años de ataques y remisiones. Aunque este trastorno progresivo puede atacar a cualquier edad, es más común entre 25 - 55 años, y se inicia en las articulaciones de dedos y pies. Afecta con mayor frecuencia a mujeres que a hombres.
Causas y factores de riesgo
La artritis reumatoidea (AR) se considera una enfermedad autoinmunitaria y se desconoce su causa. El sistema inmunitario del cuerpo normalmente combate las sustancias extrañas, como virus. Pero en una enfermedad autoinmunitaria, el sistema inmunitario confunde o toma los tejidos sanos como sustancias extrañas y, como resultado, el cuerpo se ataca a sí mismo.
La infección, los genes y las hormonas pueden contribuir a su desarrollo.
Síntomas
La enfermedad generalmente comienza de manera gradual con:
Fatiga, rigidez matutina (que dura por más de una hora), dolores musculares generalizados, pérdida del apetito, debilidad. Finalmente, aparece el dolor articular.
Los síntomas adicionales abarcan:
Anemia, ardor, prurito y secreción del ojo, deformidades de manos y pies, rango de movimiento limitado, fiebre baja, inflamación del pulmón (pleuresía), entumecimiento u hormigueo, palidez, nódulos redondos e indoloros debajo de la piel (generalmente un signo de una enfermedad más grave), enrojecimiento o inflamación de la piel, inflamación de los ganglios linfáticos, la destrucción de la articulación puede ocurrir dentro de un período de uno a dos años después de la aparición de la enfermedad.
Tratamiento
La artritis reumatoidea generalmente requiere tratamiento de por vida que incluye medicamentos, fisioterapia, ejercicio, educación y posiblemente cirugía. El tratamiento agresivo y oportuno para este tipo de artritis puede retardar la destrucción de la articulación.
Se recomiendan períodos frecuentes de descanso entre las actividades, así como 8 a 10 horas de sueño cada noche.
Complicaciones
La artritis reumatoidea no es una enfermedad que sólo destruye las articulaciones, ya que puede comprometer casi todos los órganos.
Se puede presentar una complicación potencialmente mortal en las articulaciones cuando la columna cervical se torna inestable como resultado de la artritis reumatoidea.
La vasculitis reumatoidea (inflamación de los vasos sanguíneos) es una complicación seria y potencialmente mortal de este tipo de artritis, que puede llevar a que se presenten ulceraciones e infecciones cutáneas, úlceras gástricas sangrantes y problemas neurológicos que ocasionan dolor, entumecimiento u hormigueo. La vasculitis también puede afectar el cerebro, los nervios y el corazón, lo cual puede provocar accidente cerebrovascular, ataque cardíaco e insuficiencia cardíaca.
La artritis reumatoidea puede hacer que el revestimiento exterior del corazón se inflame (pericarditis) y causar complicaciones cardíacas. Igualmente, se puede presentar inflamación del músculo cardíaco, llamada miocarditis, y ambas afecciones pueden llevar al desarrollo de insuficiencia cardíaca congestiva.
Los tratamientos para la artritis reumatoidea también pueden causar efectos secundarios graves y, si la persona experimenta algunos de estos efectos, debe consultar inmediatamente con el médico.
Prevención
No existe prevención conocida para la artritis reumatoidea. Sin embargo, es posible prevenir el daño mayor a las articulaciones con tratamiento adecuado al inicio de la enfermedad.
Debido a que la artritis reumatoidea puede causar complicaciones oculares, los pacientes deben hacerse chequeos regulares de los ojos.
ARTRITIS JUVENIL
También llamada enfermedad de Still, se trata de un tipo de artritis reumatoidea de muy rara aparición, que afecta las articulaciones de los niños menores de 16 años de edad. Aunque puede llegar a afectar el desarrollo esquelético del niño, tiene un alto índice de recuperación total al llegar a la pubertad. Los ataques suelen durar unas semanas y aparecen y desaparecen durante toda la infancia. Suele aparecer esta enfermedad entre los 2 y 5 años de edad. Es cuatro veces más común en niñas.
Las causas probablemente sea una enfermedad autoinmune. A menudo se asocian los primeros síntomas a estrés emocional.
Los síntomas, tratamiento y complicaciones son iguales a la artritis reumatoidea.
ESPONDILITIS ANQUILOSANTE
Es una inflamación de las articulaciones que unen las vértebras. Cuando la inflamación cede, las articulaciones quedan endurecidas y lesionadas, llegando a soldarse los huesos de la columna vertebral. Aún no se ha descubierto la causa de esta enfermedad, que afecta primero las articulaciones sacroilíacas, que unen la base de la espina dorsal con el hueso de la cadera o pelvis. Aparece entre los 10 y los 40 años, y la padecen con mayor frecuencia los hombres que las mujeres, en una proporción próxima de 10 a 1.
Se manifiesta como dolor de espalda y rigidez con malestar referido, como dolor torácico, dolor en las piernas y a veces dificultad respiratoria.
La osteopatía puede ayudar a curar. Es fundamental realizar ejercicio diariamente para evitar las contracturas musculares, se puede recurrir al yoga. El masaje y la fitoterapia puede proporcionar gran alivio.
Como en cualquier problema de la espalda, asegurarse de dormir en un colchón duro.
Fuente: http://aloeourenseflp.blogspot.com.es/2008/02/fro-y-dolor-articular-iii-reumatismo_27.html
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