El ajedrez no sólo es un deporte que te puede dar muchas horas de diversión, también puede ser una actividad que sirva para desarrollar tu mente e incluso para mejorar nuestra salud a largo plazo.
Empecemos por un tema importante: lo que puede llegar a aportar el ajedrez en la infancia. El ajedrez puede ser una herramienta eficaz para ayudar en la formación de un niño, de hecho cualquier actividad que obligue a ejercitar nuestra mente siempre resultará positiva. El cerebro de un niño absorbe más cantidad de información, y lo hace de una forma más natural, que el de una persona de edad más avanzada.
Por eso, todo lo que se aprenda a edades tempranas quedará impreso en nuestra memoria de forma más indeleble. El ajedrez exige una gran concentración, por lo que nuestro cerebro se ve sometido a una gran actividad, esa es la base de los beneficios que reporta, es como si obligásemos a nuestro cerebro a hacer ejercicio, por lo que conseguiremos mantenerlo en plena forma. Podemos decir que el ajedrez es la gimnasia de nuestra mente.
Pero el niño no se verá solamente recompensado en su salud, el ajedrez también le ayudará en diversos aspectos que favorecerán su rendimiento escolar y el desarrollo de su mente. Lo primero que llama la atención es el cambio en su forma de comportarse: aprenden a respetar al rival y se conducen de una forma más tranquila y reflexiva... esto se puede comprobar a las pocas semanas de comenzar cualquier curso, el niño, en la mayoría de los casos, cambia su actitud excesivamente nerviosa y revoltosa, por otra más sosegada y de mayor respeto hacia los que le rodean.
También podemos hablar de mejoras en la capacidad de concentración, aprenderán a planificarse (ya que en sus partidas tendrán que idear planes de juego), adquirirán precisión a la hora de realizar tareas, aprenderán a gestionar su tiempo de forma más efectiva o mejorarán su nivel de atención, su pensamiento lógico y su capacidad de cálculo... demasiadas virtudes para pasarlas por alto.
Gracias al ajedrez nuestra mente se mantendrá ágil y lo hará durante toda nuestra vida. Pero esto no es simple palabrería, hace algunas semanas se han hecho públicos los resultados de una investigación relacionada con el ajedrez y la mente, desarrollada en el Hospital Universitario de Valencia. En dicha investigación se incluyeron a 120 personas entre 57 y 87 años, que fueron divididos en dos grupos de 60. A los integrantes del primer grupo les fue impartido un curso de ajedrez durante un año. Los del segundo realizaron, durante ese año, otras actividades que exigían poco desgaste mental.
Los resultados fueron claros: el segundo grupo no experimentó ninguna mejoría en su rendimiento cerebral, sin embargo, el primer grupo, que participó en el curso de ajedrez, contó con un 65% de sus integrantes que dieron resultados positivos, algunos de ellos verdaderamente espectaculares. La doctora responsable de la investigación comentó los resultados de la siguiente forma: "Mejoraron sus funciones visioespaciales y su rapidez mental y, en general, eran menos lentos a la hora de procesar la información que recibían".
Como es lógico, todas estas mejoras pueden ser aplicadas a muchas actividades cotidianas de la vida, mejorando la calidad de ésta. Además, las personas que realizaron el curso reconocieron sentirse más autónomos y menos dependientes de terceras personas (como sus hijos o cuidadores).
Tampoco hay que perder de vista que el ajedrez es una actividad divertida, que se puede jugar en cualquier sitio y que nos reportará horas de entretenimiento. No hay por qué pensar que todo el que lo practique se tiene que dedicar a ello profesionalmente, el ajedrez es un juego milenario, tan amplio que uno lo puede afrontar de distintas formas: como simple aficionado, como jugador de club, como jugador amateur o como profesional.
Además, el ajedrez es el deporte que mejor se ha adaptado a las nuevas tecnologías, desde el desarrollo de programas de juego a la presencia masiva en internet a través de miles de páginas. De hecho cualquiera puede jugar desde su casa, en cualquiera de los múltiples servidores de juego, contra rivales de cualquier rincón del planeta.
Autor: Javier Cordero Fernández
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