lunes, 2 de julio de 2012

Sanar el cuerpo con la Mente

Sanar el cuerpo con la mente
Si tus pensamientos son negativos, te traen como consecuencia una falta de confianza en la capacidad innata del organismo para volver a un equilibrio físico y psicológico.

El cuerpo y la mente tienen una inteligencia que siempre tiende a buscar y encontrar todos los recursos necesarios para el proceso de sanar y vencer.

Cuando aparece un trastorno es un mensaje que indica la necesidad urgente de cambiar. 

Te comunica que necesitas hacer más cosas que te proporcionen alegría y satisfacción y menos cosas que te provoquen sufrimiento emocional; que necesitas aprender a reaccionar de manera saludable a las tensiones de la vida.

 Si las atiendes y actúas en función de ellas, te ayudan a ponerte de parte de tu naturaleza auténtica y a influir de manera significativa en la sabiduría de tu cuerpo para eliminar cualquier desequilibrio.

Se trata de adoptar una nueva manera de mirar el mundo. No hay secreto de juventud más poderoso que el que transmite esta frase: “cuando dejas de crecer, envejeces”.

Es natural que en estos momentos tu cuerpo te responda con dificultad; está recibiendo miedo, desaliento, tensiones. Son los vacíos en el conocimiento de nosotros mismos los que nos hacen víctimas de la enfermedad, el envejecimiento y la muerte.

Perder la conciencia la conciencia de uno mismo es perder el dominio sobre el producto final de la inteligencia: el cuerpo humano.

Por lo tanto, la lección más valiosa que puedes aprender es esta: si quieres recuperarte, sanar, mantenerte saludable… cambia primero tu conciencia.

Si al estar en contacto con el pasado y el incierto futuro pierdes contacto con el presente (que es lo único verdadero) ha llegado el momento de preguntarse si estás viviendo realmente.

“La tragedia de nuestras vidas no es lo que sufrimos, sino lo que nos perdemos al sufrir.” Tony de Mello, filósofo y meditador.

Busca todos los medios que trabajen sobre esa unidad mente-cuerpo (meditación, yoga…) pero, sobre todo, toma una decisión. Nunca digas “cuando vuelva a ser como antes, cuando me cure, volveré a ser feliz”. No. Decídete ya a ser feliz con las cosas tal como están ahora.

Si esperas a salir de la cárcel para ser libre, nunca serás libre. Sé libre dentro de ella y entonces podrás ser libre siempre y en todas partes.

Graciela Medina para Cuerpo Mente.

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