Si combinamos adecuadamente los vegetales, conseguiremos proteínas tan completas como las de los huevos, las carnes, los pescados y los lácteos
Las proteínas presentes en la carne, el pescado, los huevos y los lácteos, son de alto valor biológico o de buena calidad, mientras que las que contienen los frutos secos, los cereales y las legumbres (a excepción de la soja), no alcanzan la calidad ni el valor biológico de las anteriores.
Las proteínas presentes en la carne, el pescado, los huevos y los lácteos, son de alto valor biológico o de buena calidad, mientras que las que contienen los frutos secos, los cereales y las legumbres (a excepción de la soja), no alcanzan la calidad ni el valor biológico de las anteriores.
Aprendiendo a combinar los alimentos de origen vegetal y abandonando una dieta irreflexiva, aleatoria y hasta caótica, el ser humano se alimentaría en forma organizada e inteligente, previniendo el envejecimiento prematuro de los tejidos gracias a los antioxidantes naturales. Así lo asegura un estudio de científicos israelíes del Instituto Technion ha comprobado que las propiedades antioxidantes de ciertos vegetales son más efectivas cuando se combinan en la dieta. Esta condición de sinergia entre alimentos provenientes del reino vegetal podrá ayudar a quienes aprendan a hacer las combinaciones apropiadas a conservar un excelente estado de salud integral.
El cuerpo humano necesita diariamente una cantidad determinada de proteínas de calidad para poder llevar a cabo funciones tan básicas como el crecimiento o la formación y regeneración de las células.
Las unidades básicas que componen las proteínas son los aminoácidos. Las proteínas humanas están formadas por la combinación de 22 aminoácidos. De estos 22, 8 son esenciales, lo que quiere decir que el organismo no puede formarlos y que por tanto se deben aportar diariamente a través de los alimentos. En función de la presencia de estos aminoácidos esenciales, las proteínas pueden clasificarse como de alto o de bajo valor biológico, o lo que es lo mismo, como proteínas de buena o de mala calidad.
Cuando en una proteína falta un aminoácido esencial, su calidad disminuye ya que el cuerpo no es capaz de formar proteínas si falta tan solo uno de los aminoácidos esenciales.
Las proteínas de origen animal y las de la soja contienen todos los aminoácidos esenciales, por lo que son de buena calidad, mientras que las que poseen los cereales, las legumbres o los frutos secos, son deficitarias en algún aminoácido esencial, motivo por el que se las considera incompletas o de bajo valor biológico.
Las legumbres y los frutos secos son deficitarios en el aminoácido esencial llamado metionina, mientras que los cereales lo son en el aminoácido esencial conocido como lisina. Por tanto, si se combinan legumbres con cereales o frutos secos con cereales, se obtienen todos los aminoácidos esenciales, ya que el que falta en un alimento está presente en el otro y viceversa. De este modo se pueden obtener proteínas de buena calidad mediante la combinación adecuada de alimentos de origen vegetal.
Algunos de los platos que se pueden elaborar combinando estos alimentos son garbanzos con piñones, lentejas con arroz, ensalada de arroz con pistachos, garbanzos con arroz y verduras salteadas, o ensalada de soja y sésamo, entre otros, ya que la variedad de platos vegetales con proteínas de calidad puede ser tan amplia como permita la imaginación y las ganas de probar platos nuevos.
El sistema circulatorio sería uno de los que recibiría el beneficio de una combinación apropiada ya que, además de carecer de grasas saturadas, las propiedades de los vegetales contienen protectores vasculares naturales que impiden que las arterias se tapen con la placa de ateroma y sus paredes pierdan elasticidad, quedando expuestas a los accidentes vasculares.
Ellos también pueden posponer el tan temido proceso de envejecimiento celular y arterial al que todos estamos expuestos con el paso de los años.
El consejo de los autores de la investigación es aprovechar al máximo las posibilidades de los alimentos naturales de origen vegetal, en especial cebollas, tomates, ajo, regaliz, romero, uvas, granadas, etc., y hasta productos elaborados como el vino. En combinaciones organizadas estos alimentos pueden potenciar sus beneficios, lo cual es mucho más efectivo que recurrir a los suplementos de extendida venta en el mercado. Éstos, al ser utilizados en forma aislada, pierden esa propiedad sinérgica que la naturaleza ha establecido como premio para quienes prefieren los alimentos frescos y sanos.
Si bien cada ser humano tiene sus gustos a la hora de comer, hay que saber que el cuerpo humano está preparado para absorber los alimentos cuando son consumidos adecuadamente.
Por eso para vivir mejor lo adecuado es combinar bien los alimentos que consumimos:
1. Los cereales constituyen una buena combinación con las legumbres (cuatro partes de cereal y una de legumbres). Si no tiene trastornos digestivos se pueden combinar con queso, especialmente descremado y de rallar.
2. Las frutas son compatibles con los cereales, excepto la banana. No conviene mezclar banana con harinas. Lo mismo vale para la naranja.
3. Tanto la leche como el yogur mezclados con verduras dificultan la digestión. En cambio si nos acercamos a los quesos (sobre todo los más duros) no hay problemas. Por ejemplo, es recomendable reemplazar la salsa blanca en unos fideos por el queso blanco o la ricota.
4. De las frutas dulces es recomendable excluir los cítricos (naranjas, mandarinas, pomelos) pues en combinación con los lácteos dificultan la digestión.
5. La frutilla es óptima para combinar con yogur. Lo mismo ocurre con los frutos oleaginosos y desecados. No es conveniente mezclarlos con leche.
6. Se aconseja primero ingerir las frutas ácidas y luego las dulces. El limón o pomelo en ayunas se beben media hora antes que las otras comidas.
7. Siempre hay que tener en cuenta que nuestro organismo es el mejor detector de las alteraciones alimentarias y es lo que nos permitirá saber qué nos conviene comer y qué no.
8. Además debemos tener en cuenta que factores como la ansiedad, el cansancio, el nerviosismo, el medio ambiente, las peleas, etc. pueden alterar el proceso digestivo.
9. Debemos tener presente que no se pueden mezclar:
- Frutas con hortalizas (salvo la manzana que es neutra)
- Limón con tomate o arroz
- Banana con leche o harina
- Papa con batata o con harinas
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