Cómo y cuando utilizar la manzanilla, una planta muy famosa en la medicina natural que para nada te será difícil de encontrar en forma de extracto o en remedios homeopáticos.
La manzanilla es una planta típica de las zonas templadas, con un tallo que puede alcanzar los 70 centímetros de alto, creciendo recto y muy ramificado.
Sus principales propiedades medicinales se encuentran en la flor, de color blanco y centro amarillo, pero puede haber ciertos remedios que necesiten de toda la planta, siendo el verano el mejor momento para recolectarla.
A continuación te describimos alguno de los principales problemas en la salud ante los cuales la manzanilla resulta muy beneficiosa.
Problemas digestivos: consumir las flores de manzanilla en forma de infusión colabora a distender las digestiones pesadas y agiliza la eliminación de gases intestinales.
Tensión nerviosa: tanto para la tensión como para cuadros de irritabilidad, la infusión de manzanilla constituye un excelente relajante, distendiendo los músculos tensos y doloridos, así como optimizando el sueño y aliviando los dolores menstruales.
Cuidado de la piel: la pomada o ungüento de manzanilla es una muy eficaz manera de tratar los eccemas, piel inflamada y alergias.
Irritación de los ojos: también para aliviar la irritación en la vista y limpiar los ojos es de mucha ayuda la manzanilla preparada en forma de infusión.
Dolores reumáticos: la maceración de flores de manzanilla, aplicada en forma de fricciones sobre la zona que quieras tratar, resulta un tratamiento muy beneficioso para acabar con los dolores reumáticos y la inflamación.
Precauciones con la manzanilla
Ya sabes cómo utilizar la manzanilla para tus remedios naturales, ahora solo hace falta un paciente con quien practicar lo aprendido. Recuerda que de ninguna forma los remedios naturales sustituyen la atención de un profesional, por lo que no dudes en consultar a tu médico habitual antes cualquier emergencia.
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