El acné es uno de los problemas más comunes de la piel, y se manifiesta sobre todo en la adolescencia.
La piel grasa o mixta, los granitos, puntos negros y otras impurezas son parte del problema, y muchas personas se sienten mal por el aspecto de su piel.
Si ya estás cansado de probar todo, tal vez sea momento de recurrir a las mascarillas de avena para el acné, una opción simple y natural que te ayudará a solucionar tu problema sin necesidad de dañar la piel con químicos.
¿Por qué funciona la avena para el acné?
El acné se produce principalmente en pieles grasas y mixtas, que por el exceso de sebo juntan más suciedad y bacterias. Esta combinación peligrosa hace que se formen granitos y puntos negros, y la piel tenga un aspecto sucio.
Si pensamos en la avena, nos damos cuenta que es un alimento muy seco, que tiene la propiedad de absorber la humedad de la piel. Justamente, ese es el efecto que queremos en nuestra piel: algo que elimine la grasa de la piel para evitar que se sigan formando granos e impurezas. Por otra parte, la avena tiene una propiedad exfoliante, por lo que arrastra a su paso las células muertas e impurezas, todo aquello que tenemos en las primeras capas de la piel. Y por si fuera poco, la avena es astringente, por lo que permite cerrar los poros, evitando que se sigan contaminando; y tiene un efecto calmante que alivia la picazón e incomodidad que produce el acné.
Si combinamos la avena con otros elementos -por ejemplo, la miel- obtendremos unamascarilla con diferentes propiedades para nuestra piel, que usada regularmente -una vez a la semana- nos permitirá mejorar el aspecto de nuestra piel notablemente.
Mascarillas de avena
Para tener la mascarilla perfecta debemos mezclar la avena con algún otro ingrediente que aumente la efectividad de la misma. Se puede hacer simplemente con un poco de agua para distribuir mejor la avena, o combinarlo con otros elementos, como por ejemplo aceite de árbol de té, por sus propiedades antisépticas.
Mascarilla de avena y miel
Es una mascarilla fácil de hacer y rápida: sólo necesitas cocinar un poco de avena y luego mezclarla con miel para tener la mascarilla lista. Si está muy espesa puedes agregarle un poco de agua, o combinar también con jugo de limón -astringente-, vinagre de vino blanco, yogur natural, jugo de cereza. Aplica en el rostro, deja actuar unos veinte minutos y luego limpia con agua tibia.
¿Por qué funciona? Más allá de las propiedades de la avena, la miel por su parte es un antibiótico natural.
Fuente: http://otramedicina.imujer.com
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