Representa el 10% de las afecciones cutáneas, para evitarlas se recomienda una serie de medidas preventivas muy sencillas.
La aparición de micosis en la piel, especialmente en lugares cálidos y poco aireados como los pies y la zona genital, se transmiten por el contacto directo, ya sea con la persona que los sufre o con sus objetos personales como toallas, zapatos, etc., superficies de piscinas o duchas (“pie de atleta”, hogos en las uñas…), o bien por un desequilibrio en la flora, como es el caso de la micosis vaginal.
“Pie de Atleta”
No sólo afectan a los deportistas, sino también a aquellas personas con problemas de exceso de sudor en los pies o que acuden con frecuencia al gimnasio o a la piscina.
Por qué ocurre?
En nuestro organismo conviven una gran cantidad de hongos y bacterias que, si se mantienen en un equilibrio apropiado, no tienen por qué ser perjudiciales (algunos de ellos pueden resultar hasta beneficiosos).
El problema ocurre cuando estos microorganismos se multiplican incontroladamente. En el caso del “pie de atleta”, también llamado tiña podal, los hongos se instalan en la piel de los pies, provocando síntomas como enrojecimiento y sequedad en la piel, aparición de grietas en la zona (especialmente entre los dedos), picor que puede llegar a ser muy intenso, sobre todo durante la noche, etc.
Cómo prevenir?
Para evitar el contagio, es conveniente seguir estas recomendaciones:
Utilizar chanclas en las piscinas y duchas públicas y no compartir toallas o calzado con otras personas.
Mantener una buena higiene de los pies, lavándolos a diario con agua y jabón neutro y secándolos bien, sobre todo entre los dedos. Para ello, puede utilizarse un secador de pelo.
Si se suda en exceso, utilizar productos antitranspirantes.
El uso excesivo de zapatillas de deporte favorece su aparición, por lo que se recomienda alternarlo con calzado de cuero y aireado, como las sandalias. También es aconsejable airear los zapatos después de utilizarlos.
Tratamiento.
Tras establecer el diagnóstico, se administrará un tratamiento tópico (en crema) específico para eliminar los hongos y las bacterias que, en ocasiones, les acompañan. Es necesario utilizarlo tal como indica el especialista ya que los hongos suelen volver a salir. Por regla general, este tipo de tratamiento duran unas tres semanas como mínimo.
Hongos vaginales
Es una de las dolencias femeninas más frecuentes sobre todo en verano, ya que el calor y la humedad favorecen su aparición.
Síntomas
El picor vaginal suele ser la primera señal de su presencia. Se trata de un prurito muy intenso, más por la noche, al que le acompaña la hinchazón y el enrojecimiento de los labios vaginales. Las molestias suelen agravarse al miccionar o durante las relaciones sexuales. También suele producirse un flujo blanquecino y grumoso sin apenas olor.
Por qué ocurre?
En la vagina coexisten los más diversos microorganismos. El problema surge cuando, debido a las más diversas causas, algunos de ellos empieza a multiplicarse en exceso, provocando las molestias que hemos especificado anteriormente.
Cómo prevenir?
Hay una serie de factores que propician esta proliferación. Para mantenerlos a raya, sigue estos consejos:
Cámbiate de bañador. Los hongos necesitan humedad para reproducirse. Si pasas demasiado tiempo con el traje de baño húmedo, las posibilidades de sufrirlos se multiplican.
Utiliza ropa de interior de algodón. Los tejidos sintéticos no permiten que la piel transpire y favorecen la aparición de infecciones de todo tipo, hongos incluidos. Por el contrario, el algodón absorbe el exceso de humedad, por que resulta mucho más recomendable, sobre todo en verano. Procura lavar tu ropa interior con agua caliente (60 grados como mínimo), evitando el uso del suavizante.
Usa jabones suaves. El uso de productos demasiado agresivos, como jabones ácidos, desodorantes vaginales, papel higiénico estampado o perfumado, duchas vaginales, etc., puede alterar el equilibrio vaginal y propiciar esta infección. Por esta razón, se aconseja realizar la higiene diaria con un producto específico para la zona con un pH de 5,5.
Antibióticos: evita la automedicación. Este tipo de fármacos eliminan las bacterias, tanto las perjudiciales como las beneficiosas, lo que permite que los hongos se reproduzcan en zonas especialmente susceptibles, como la vagina.
Controla las enfermedades. Hay una serie de dolencias, como la diabetes o todas aquellas enfermedades que comportan un descenso de las defensas del organismo, que también propician su aparición. En estos casos, deben aumentarse las precauciones.
Vigila los cambios hormonales. En épocas como el embarazo, la menstruación o la menopausia, debido a las variaciones en el equilibrio de las hormonas, hay más posibilidades de sufrir infecciones de este tipo, por lo que es conveniente extremar los cuidados.
Tratamiento
Los óvulos antifúngicos son la mejor solución. Se introducen en la vagina, preferentemente antes de acostarse, para que liberen sus principios activos de forma gradual. Es normal que, durante los primeros días del tratamiento, aumente el picor y las secreciones.
Al poco tiempo desaparecerán. Aunque se note mejoría, no debe interrumpirse el tratamiento antes del tiempo prescrito, ya que las recaídas son frecuentes. No es conveniente usar tampones durante el tratamiento.
Se transmiten sexualmente?
Aunque la infección por hongos no se considera una enfermedad de transmisión sexual, entre el 12 y el 15% de los hombres que tienen relaciones con una mujer infectada acaban sufriéndolos.
Síntomas en los hombres. En este caso, además del picor, puede que aparezcan unas manchas rojizas en el glande.
Prevención. Durante la fase aguda de la infección, se recomienda evitar las relaciones sexuales y, una vez se haya iniciado la recuperación, es mejor utilizar preservativo durante un tiempo, para evitar las recaídas.
Tratamiento. Los hombres pueden utilizar el mismo medicamento en crema que utilicen sus parejas, siempre y cuando el médico no opine lo contrario.
Otras Micosis
Manchas en la espalda y el escote. Se trata de una infección por hongos de carácter leve que recibe el nombre de pitiasis versicolor. Se manifiesta por la aparición en la parte superior del cuerpo de pequeñas manchas oscuras, rosadas o blanquecinas.
Manchas rojas en la cara o los brazos. Aunque recibe el nombre de herpes circinado, no tiene nada que ver con los herpes clásicos. Se trata de una infección por hongos que afecta la cara, el tronco o los brazos y que se manifiesta por la aparición de placas rojizas y redondeadas.
En las manos. Entre los dedos, aparecen escamas y ampollitas o bien, en las palmas, unas placas como aros rojizos con ampollitas en los bordes.
En las uñas. En general, los hongos que afectan a las uñas proceden de alguna infección en la piel y ocurren sobre todo en los pies, especialmente en las personas mayores y en el dedo gordo. Su desarrollo se favorece por la humedad, el déficit de defensas, los trastornos de la circulación, las alteraciones neurológicas, la diabetes y los traumatismos repetidos.
Primero, la uña se engrosa por debajo y, poco a poco, aparece una mancha blanca amarillenta, grisácea o verdosa. Más tarde, toda la uña esta engrosada, se vuelve pardo negruzca, pierde brillo, tiene estrías, se despega del fondo y se rompe con facilidad.
A veces, sólo afecta a la superficie de la uña, apareciendo unas estrías y puntos blancos y, en fases avanzadas, aparece un color amarillo parduzco.
En las manos, es frecuente que un hongo llamado Cándida Albicans inflame la piel de los bordes de las uñas pudiendo formarse pus y, además, en su superficie aparecen surcos y una coloración verde, amarilla, marrón o negruzca. Este hongo, muchas veces procede de otros sitios como la boca, en los que se encuentra con gran frecuencia, sin producir ningún trastorno.
En el cuero cabelludo. Según la clase de hongo, se producen unas infecciones distintas. En unas aparecen una o varias placas escamosas, con los cabellos rotos en el orificio de salida o bien a 2-3 mm de la superficie y rodeados por un material grisáceo.
Afectan sobre todo a niños de 1 a 10 años y causan epidemias escolares, pues se contagian de persona a persona o por objetos contaminados (peines, gorros, etc.). También pueden contagiarse por animales o por contacto con tierra. En este caso, el cabello vuelve a crecer.
En otras dos formas, aparecen vesículas con pus alrededor de los cabellos. En una de ellas, las vesículas se juntan y el pus se acumula –debajo del cuero cabelludo-, formando un bulto redondeado por cuya superficie sale pus, hay dolor, fiebre, los cabellos se desprenden fácilmente y no volverán a salir. Se contagia por perros, gatos y también por personas.
La otra forma, en la actualidad, es muy rara y las vesículas dan lugar a pequeñas costras amarillentas, con bordes despegados que rezuman pus y centro deprimido, atravesado por un pelo sin brillo, que cae y no se recupera. Se contagia por contacto íntimo entre personas, por lo que se da en familiares y es crónica.
En grandes pliegues. En las ingles, axilas y debajo de las mamas o entre las nalgas aparece una placa de color rojo, más pálida en el centro, con bordes algo elevados y con vesiculitas. A veces, por fuera, hay algunas manchitas rojas. Puede extenderse a zonas vecinas.
Candidiasis (Candida albicans)
El hongo Candida está presente en casi todas las personas. Suele convivir en armonía con los seres humanos y rara vez causa problemas. No obstante, en determinadas situaciones, por ejemplo, cuando se tiene una enfermedad o se toman antibióticos, los hongos Candida se multiplican y causan candidiasis.
La candidiasis se da en la boca y la lengua, y en zonas recubiertas de mucosa, como la vagina (zonas de temperatura elevada y húmeda, lo que favorece mucho su crecimiento).
Esta infección tiene el aspecto de pequeñas placas de color blanco, que dejan una marca roja cuando se frotan. En la mujer, la candidiasis vaginal origina picor y una secreción blanca y espesa. En los varones la candidiasis puede afectar al pene, causando una erupción de color rojo.
Puede aparecer a cualquier edad, pero es más frecuente en los bebés recién nacidos y lactantes y en las personas mayores.
En los lactantes, la erupción se confunde a veces con restos de leche infantil o materna. No suele ser grave, pero en ocasiones, los bebés con candidiasis en la garganta dejan de comer, con lo que reciben un aporte de comida insuficiente.