La boca de trinchera es una enfermedad bacteriana que se manifiesta con inflamación y sangrado de encías y una halitosis aguda, entre otras cosas. Su abordaje es sencillo.
La boca de trinchera, también conocida como gingivitis ulcerativa necrotizante aguda o GUNA, es una enfermedad muy poco frecuente en la actualidad. El característico mote proviene de que solía afectar a los soldados de guerra, debido a las insalubres condiciones y hábitos que se presentaban durante los conflictos.
Se presenta en forma de una infección aguda y dolorosa en la que las encías sangran, con una necrosis de las papilas y un ataque al estado general bucal. Según
estudios, en la actualidad está ligada al SIDA, pues la inmunodeficiencia adquirida suele causar patologías orales en el 90 % de estos pacientes.
¿Qué lo causa?
La boca de trinchera es una forma dolorosa de inflamación de las encías, algo conocido como gingivitis. Las especies bacterianas Bacillus fusiformis y Borrelia Vincentii están asociadas con las lesiones aquí presentadas, aunque no son las únicas.
Bacteriana: compuesta por una larga masa de bacterias con morfologías y características distintas. Estas no tienen por qué ser perjudiciales en primera instancia, pues es su proliferación excesiva lo que causa la enfermedad.
Rica en neutrófilos: los neutrófilos son los leucocitos más abundantes en la sangre y unos de los primeros en llegar a los focos infecciosos. Son parte del pus y se presentan, en este caso, debajo de la región bacteriana.
Necrótica: es el lugar en el que se produce la muerte celular. Aquí dominan las
espiroquetas, un tipo de bacterias con forma alargada y helicoidal.
Infiltración espiroquetal: la última capa, en la que se infiltran las espiroquetas y no se observan otros tipos de bacterias.
Esta patología es una gingivitis severa, es decir, una inflamación de las encías con sangrado y afectación profunda de los tejidos blandos de la boca.
¿Cuáles son los síntomas de la boca de trinchera?
El
manual MSD indica que la infección suele comenzar de forma súbita, con dolor y sangrado en las encías más salivación excesiva. Algunos de los signos clínicos más comunes son los siguientes:
Úlceras similares a cráteres entre los dientes.
Fiebre.
Sabor desagradable en la boca, perceptible por el propio paciente. Algunos lo describen como un gusto metálico.
Películas grisáceas sobre las encías, las que se presentan enrojecidas y sanguinolentas.
Por todos estos síntomas, el paciente presentará dificultad para realizar actividades comunes, como hablar, comer y tragar. A menudo, también se suelen inflamar los ganglios linfáticos del cuello en respuesta a la infección (linfadenopatía).
Posibles complicaciones
Al presentar dificultades para comer y hacer vida normal, algunas complicaciones comunes son que el paciente pierda peso, sufra deshidratación y comience a perder dientes. Si todos estos signos clínicos se ignoran, es posible que las bacterias se infiltren en la sangre, en un evento conocido como
bacteriemia.
Una diseminación de la infección puede ser devastadora. Múltiples órganos se ven afectados y, además, se favorece la aparición de un shock séptico, en el que el organismo reacciona de forma excesiva y se produce una caída de la tensión arterial.
¿Cómo se diagnostica?
Tal y como indica el portal científico
Drugs, el examen físico es el primer paso para detectar una boca de trinchera. El profesional buscará úlceras, placas grisáceas alrededor de los dientes y la destrucción del tejido gingival. La sospecha suele ser rápida y el diagnóstico deja poco espacio al error.
Si existen dudas se puede acudir a análisis de sangre y radiografías. Estas últimas se utilizan para evaluar la cantidad de daño producido por la infección, pues se puede observar la extensión de las lesiones de forma clara. Dependiendo de la gravedad del cuadro clínico se siguen múltiples abordajes.
¿Cuándo buscar ayuda médica?
Ante cualquier tipo de inflamación en las encías es necesario acudir al médico. No todas suceden a causa de infecciones, pero es necesario descartar patologías y nunca dejar el tiempo pasar.
Una infección bucal se puede agravar considerablemente si no se aborda a tiempo, pues las bacterias tienen la capacidad de pasar al torrente sanguíneo.
Tratamientos disponibles para la boca de trinchera
Según el portal sanitario
Siegfried Rhein, los objetivos del tratamiento son curar la infección y aliviar la molestia sintomatológica. Esto puede lograrse mediante el uso de antibióticos, si bien los pilares fundamentales para la boca de trinchera son los siguientes:
Limpieza profesional: se realiza en el odontólogo de forma lenta y minuciosa durante varios días consecutivos. La enfermedad suele responder muy bien a la higienización oral.
Enjuagues bucales: el paciente en casa debe realizar enjuagues periódicos con agua salada o una solución de agua oxigenada.
Buena higiene oral: durante los primeros días suele aconsejársele al paciente que no se cepille los dientes, debido a la fragilidad del aparato bucodental a causa del trastorno. Tras los
enjuagues y la limpieza es necesario cepillarse la boca durante el resto de la vida para evitar su reaparición.
El cepillado dental previene patologías orales y es una herramienta de bajo costo y sencilla para detener infecciones de las encías y los dientes.
Prevención
La prevención es clara y se basa en una buena nutrición, una correcta higiene oral y acudir cada cierto tiempo al dentista para la realización de revisiones. También se recomienda a los pacientes, en todos los casos, empezar a practicar ejercicio y dejar de fumar.
Además de todo esto, la boca de trinchera tiene un importante componente psicológico, pues en muchos casos está relacionada con el estrés. Por ello, a veces es necesario buscar ayuda más allá del ámbito farmacológico para abordar patologías como esta.
La boca de trinchera casi ha desaparecido
La boca de trinchera es una enfermedad cada vez menos común, pues los estándares de higiene personal aumentan cada vez más. Para evitar su aparición es necesario cepillarse los dientes todos los días y acudir de forma periódica al odontólogo con el fin de que este evalúe posibles desajustes.
12 febrero, 2021
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