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jueves, 11 de mayo de 2023

La Inteligencia Artificial muy tonta con los daños provocados por fármacos

Hace ya 22 años que como periodista me interesé por el tema de los daños provocados por medicamentos. Entonces, casi nadie en España publicaba sobre ello. Recuerdo que Google ni existía. Había otro buscador online pero recuerdo buscar el concepto «Medicamentos que matan» y NO aparecía apenas nada.


Con el paso de los años se popularizó Google y también creció lo publicado. Hoy en el conocido buscador aparecen aproximadamente 64.700 resultados. El primero, el libro Medicamentos que matan y crimen organizado, de Peter Gøtzsche. Por cierto, que yo titulé así, Medicamentos que matan, la primera parte de mi primer libro, Traficantes de salud... unos años antes que Peter, a quien conozco y admiro.

La evolución en la divulgación de las malas prácticas en el ámbito de la salud y lo sanitario es clara. O lo era porque durante la pandemia de Covid hemos asistido al desarrollo a gran escala de la censura y el autoritarismo impuesto mediante el miedo.

El tiempo continuó transcurriendo y hoy la «moda» para buscar información, entre otras muchas otras cosas, es ChatGPT, la Inteligencia Artificial (IA), dicen.

Así que busco el mismo concepto que hace 22 años, cuando no había casi nada escrito, recordad y esta «inteligencia» me dice:

«Como asistente de inteligencia artificial, mi función es ofrecer información precisa, rigurosa y objetiva. En la mayoría de los casos, los medicamentos son seguros y eficaces en el tratamiento de diferentes enfermedades. Sin embargo, como cualquier tratamiento médico, los medicamentos tienen sus riesgos y efectos secundarios, que deben ser informados y monitoreados cuidadosamente por los profesionales de la salud.

Es importante destacar que los medicamentos son evaluados y autorizados por agencias reguladoras de salud, como la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) en Estados Unidos, la Agencia Europea de Medicamentos, entre otras, que se encargan de garantizar la seguridad, eficacia y calidad de los mismos.

En conclusión, no es correcto afirmar que los medicamentos «matan». Cada medicamento tiene sus propios riesgos y efectos secundarios, que deben ser comunicados por los profesionales de la salud y evaluados por cada paciente, considerando sus necesidades y condiciones médicas específicas».Ya veis qué preciso, riguroso y objetivo es Chat GPT. Para ser tan inteligente cómo se hace el tonto para no informar sobre un tema con tantos intereses tras él. Intenta además tranquilizarnos con lo de las agencias de medicamentos pero se le olvida decir que estas tiene claros conflictos de interés con los fabricantes de fármacos, que son clientes de las mismas.

Dice también esta «inteligencia» que no es correcto afirmar que los medicamentos «matan». De manera paradójica, hace unos días escribí, ayudándome para hacer la tabla de otro programa de IA, el texto que titulé Los fármacos más mortales de la historia. En rojo puse el número de víctimas de cada uno. Podéis sumarlas, y son solo una pequeña muestra.

La Inteligencia Artificial NO es neutral. Está impulsada por multimillonarios y grandes empresas y tiene como finalidad el negocio y más importante aún, el control social. Esto se hace mediante dos estrategias: Teniendo a la gente entretenida con ella y desinformándola.

La IA comete errores. Yo he probado a buscarme a mí mismo y os aseguro que cuenta cosas falsas, como que soy licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. A saber de dónde ha sacado ese dato. En una segunda búsqueda aún fue peor...

Y es que adolece de datos de calidad (puede ser útil para saber sobre una enfermedad que desconozcas pero como le preguntes por cosas comprometidas...), lo que puede llevar a resultados inexactos o sesgados. Vaya, que NO te puedes fiar.

Otro error es la falta de transparencia en sus algoritmos, lo que dificulta la comprensión sobre quién y cómo toma las decisiones.

La IA es política... y poco democrática.

Miguel Jara
lun, 01 mayo 2023 18:54 UTC
https://es.sott.net/article/87720-La-Inteligencia-Artificial-muy-tonta-con-los-danos-provocados-por-farmacos

martes, 21 de julio de 2020

¿Estás listo para que tu jefe sea un algoritmo?


Una de las obvias consecuencias de la pandemia ha sido una transición del trabajo hacia formatos online que pueden realizarse desde casa. Esto no sólo ha sido una solución emergente sino más bien la continuación acelerada de un proceso en marcha de mecanización y automatización laboral.

Muchas personas descubrirán que el formato online de su trabajo llegó para quedarse, ya sea que trabajen desde casa aun cuando termine la pandemia o que, por lo menos, muchas de sus reuniones sean digitales o muchos procesos que antes eran presenciales ahora sean sustituidos por formas de administración informática.

En primera instancia se podría creer que el trabajo en casa podría tener la ventaja de permitirle al trabajador mayor libertad y mayor privacidad. Sin embargo, lo que sucederá será lo contrario.

 Si bien un trabajador podrá quizá tener mayor flexibilidad en las horas que decide trabajar y no tendrá que interactuar en persona con su jefe y sentir su presencia en la oficina, se multiplicarán en gran medida de los mecanismos de vigilancia y evaluación.

En un interesante artículo, David Banks explora el nuevo estado de la fuerza laboral en la era de la pandemia y el tele-todo. Banks sugiere que si algunos empleados estaban ya preocupados por ser reemplazados por robots o algoritmos, deberían preocuparse más por el hecho de que sus jefes serán reemplazados por bots.

Hasta la fecha han sido sólo algunos trabajadores los que dependen de algoritmos y métricas de evaluación automatizadas. Por ejemplo, los conductores de Uber, pero ahora muchos más se verán incrustados en una dinámica similar. Esto es evidenciado por las plataformas que son ahora llamadas a administrar el trabajo remoto, entre ellas, Zoom, Microsoft, Cisco y Slack. 

Estas plataformas están diseñando su software y su marketing para atraer a los jefes y a las instituciones que manejan a grandes cantidades de trabajadores Muchas de las plataformas no sólo tienen ya la capacidad de cuantificar numerosos aspectos del trabajo del empleado, sino que ofrecen mecanismos para que un supervisor –el cual puede ser simplemente un bot– vigile diferentes aspectos de la conducta de un subalterno. En otras palabras, para que se espíe al trabajador bajo la premisa de mantener la productividad.

Aplicaciones como las mencionadas llegan a permitir que los jefes lean los mensajes de los empleados en los servicios que son pagados por la compañía. Zoom, hace poco, probó un servicio que permitía hacer un tracking de la atención que ponían los empleados en una reunión. Microsoft Teams permite a los jefes ver lo que los empleados están haciendo en ciertos documentos sin que estos sepan y tiene toda una serie de funciones que permiten jerarquizar la labor y el acceso a la información.

Banks señala que apps como Slack pueden convertirse, más que en “soplones” que denuncian los comportamientos de baja producción de los empleados, en una especie de Robocops del trabajo, “automatizando todo, desde contrataciones a despedidos hasta reseñas de desempeño” e incluso reportes del estado de ánimo de los trabajadores.

Otra cuestión importante que ya está siendo implementada es la capacidad que tienen estas apps para disolver la asociación de la fuerza laboral en sindicatos o grupos de descontento que exigen mejores condiciones. Por una parte, esto es simplemente parte del medio: trabajar en casa aísla a los empleados y elimina el contacto humano que puede reforzar el sentido de rebeldía y la inspiración de la protesta.

 Por otra parte, y de manera más perversa, estas aplicaciones pueden detectar y hasta predecir cuando existe riesgo de que se forma una célula de descontento. Amazon, por ejemplo, ya usa un algoritmo para detectar cuando alguna de sus tiendas de Whole Foods corre el riesgo de unirse sindicalmente.

Banks nota, citando a David Noble, que la automatización del trabajo no sólo se trata de incrementar la producción y hacerla más eficiente, sino, sobre todo, de otorgar más poder a los administradores y debilitar y hacer más dócil al trabajador.

En un futuro cercano tu jefe podría ser un bot, un algoritmo que decide si tu trabajo es suficientemente bueno como para seguir mereciendo un sueldo. 

Un bot que vigilará todos tus movimientos en la plataforma, que comparará todo lo que produces con lo que producen lo demás y que estará supuestamente libre de todo sesgo. Pero esto es sólo el principio, pues acaso también los jefes y los mismos dueños de las plataformas ya están en camino de ceder e control ejecutivo a los algoritmos y dejar que estos decidan.

Esto también es algo que la pandemia ha revelado, al menos según los gigantes de la tecnología: que el ser humano no es capaz de manejar la complejidad del mundo moderno. Así que tendremos primero ciudades puestas a punto por empresas como Google y sus inteligencias artificiales. 

Y quizá no sea mucho después cuando el mismo mundo sea gobernado por algoritmos y bots inteligentes en los que el ser humano verá una especie de nueva deidad en la cual depositar su fe y su responsabilidad.


julio 21, 2020

https://pijamasurf.com/2020/07/estas_listo_para_que_tu_jefe_sea_un_algoritmo/

martes, 5 de febrero de 2019

La Inteligencia Artificial consigue interpretar Ondas Cerebrales y leer nuestra Mente






Escapadas y Rutas