sábado, 28 de diciembre de 2019

Remedios Caseros para combatir los Orzuelos


Resultado de imagen de orzuelos remediosLos orzuelos aparecen de un día para el otro en cercanías al parpado y por debajo de los ojos.

Hombres y mujeres pueden sufrir orzuelos ya que es una infección provocada por una bacteria en la glándula sebácea que se encuentra en el parpado.

Síntomas del orzuelo:

-hinchazón en la zona del ojo
-dolor
-grano enrojecido

Los orzuelos en muchos casos se pueden tratar con remedios naturales y resolver totalmente porque no es una patología grave.

Remedios caseros para combatir los orzuelos:

- Frotar un paño sobre un anillo de oro o elemento de cobre hasta que el mismo suba su temperatura. Luego se aplica el paño sobre el orzuelo. El calor hace que madure y desaparezca luego de unos días el orzuelo. Varias veces al día se realiza este simple procedimiento.

-Preparar un poco de té negro bien caliente y luego mojar un paño en esta infusión para después aplicar en el orzuelo como una compresa. Al menos 3 veces al día se debe repetir. Hay que cambiar el paño para evitar contagio.

-La compresa de té de manzanilla también es muy efectiva para bajar la inflamación y acelerar la curación. Se prepara un té con un saquito de té de manzanilla bien caliente y luego con un paño se aplica sobre los orzuelos.

-Machacar unas hojas de yerba buena y cuando está bien desmenuzada aplicarla en la zona del orzuelo por 5 minutos, después lavar con agua tibia.

Es importante no reventar el orzuelo porque se extenderá la infección al resto del ojo y será más difícil resolver esta afección. 

Si luego de unos días no se mejora o desaparece el orzuelo se debe consultar al oftalmólogo.


viernes, 27 de diciembre de 2019

Alergia a la Leche e Intolerancia a la Lactosa: ¿cuáles son las Diferencias?

Aunque comparten algunos síntomas, la alergia a la leche y la intolerancia a la lactosa son afecciones diferentes. 

No obstante, es fácil confundirlas. Por tal razón, es importante conocer en qué se diferencian.

Seguramente haz escuchado hablar de los lácteos y algunas enfermedades que se relacionan a su consumo.

 Las más mencionadas, probablemente, son la alergia a la leche y la intolerancia a la lactosa. ¿Existen diferencias?

Es fundamental tener en cuenta que, aunque ambas condiciones comparte algunos síntomas, producen afectaciones distintas en el organismo. Por eso, es primordial saber distinguirlas.

La alergia a la leche en realidad es una alergia a la proteína de la leche de vaca, mientras que la intolerancia a la lactosa es la dificultad para absorber el azúcar presente en la leche llamado lactosa.

¿Qué contiene la leche?


Proteínas: caseina y suero
Carbohidratos: lactosa (compuesta por glucosa y galactosa)
Grasas y vitaminas

Además de estos nutrientes, la leche tiene agua.

La leche contiene importantes nutrientes como proteínas, carbohidratos, grasas y vitaminas.
¿Alergia a la leche o intolerancia a la lactosa?

La alergia a la leche es una afección que suele darse por la fracción proteica de la leche

La leche de vaca es la causa usual de alergia a la leche, pero la leche de oveja, cabra, búfala y otros mamíferos también puede causar esta reacción.

La intolerancia, por su parte, se da directamente por el hidrato de carbono o azúcar de la leche, llamada lactosa, que a su vez esta compuesta por glucosa y galactosa (son moléculas simples).

Lo que ocurre en la intolerancia a la lactosa es que el cuerpo no produce una enzima llamada lactasa que es la encargada de permitir su ruptura y absorción.

La diferencia fundamental es que la alergia es una reacción mediada por el sistema inmune del cuerpo y en la intolerancia la respuesta inmune no existe. Siendo menos común la alergia que la intolerancia.

La otra diferencia básica es que cada una de estas enfermedades son causadas por una fracción de la leche diferente. Una es por la proteína y otra por el azúcar o hidrato. La intolerancia a la leche requiere un tratamiento diferente al de una alergia.

Alergia a la leche e intolerancia a la lactosa: síntomas más comunes

¿Entre la alergia a la leche y la intolerancia a la lactosa, hay diferencias en los síntomas? Los signos y síntomas comunes de intolerancia a las proteínas de la leche o intolerancia a la lactosa incluyen problemas digestivos, tales como hinchazón, gases o diarrea después de consumir leche o productos lácteos.

En la alergia las consecuencias pueden llegar a ser inclusive mortales, dependiendo de la sensibilidad y la respuesta del sistema inmune.

 Para determinar el diagnostico de una u otra, hay que realizar un correcto interrogatorio al paciente y pruebas específicas para observar la reacción al consumo de leche y derivados lácteos.

Hay algunas similitudes entre los síntomas de alergia e intolerancia a la lactosa. Sin embargo, en el caso de la alergia pueden llegar a ser mortales, dependiendo del nivel de sensibilidad.

Precauciones

Es importante que, si ya tienes un diagnostico médico de alguna de estas enfermedades, revises las etiquetas no solo de los alimentos sino de los medicamentos que tomes.

Existen muchos alimentos que pueden decir «libre de» o «vegano«, pero en el listado de ingredientes nos encontramos con la sorpresa de que indican que pueden contener trazas de leche o lactosa.

De igual forma, algunos medicamentos contienen lactosa como excipiente para su fabricación. Para saber cuáles son conviene consultar este listado publicado en la revista de la SVR.

Ahora bien, en ambas condiciones es importante obtener una dieta adecuada. Por tal razón, parte del tratamiento debe ser indicado por un nutricionista. Este profesional será el encargado de determinar la dieta en función de las características individuales de cada uno. ¡Tenlo en cuenta!


Este artículo fue redactado y avalado por la nutricionista Minerva Camero Albella


jueves, 26 de diciembre de 2019

Cuidado con los Test Genéticos para hacerse En Casa

Está aumentando la oferta de test genéticos que cualquiera puede adquirir directamente y hacerse en casa, sin necesidad de contar con un médico ni de desplazarse a una clínica u hospital. 

Se venden sobre todo a través de Internet y mediante una muestra de saliva permiten obtener información sobre muchos aspectos condicionados por nuestros genes.

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) está advirtiendo sobre ello. A pesar de que el test resulte sencillo e indoloro, OCU recuerda que la genética es un ámbito muy complejo y, por tanto, solo los médicos o expertos en la materia pueden determinar su pertinencia y entender e interpretar los resultados de estas pruebas. 

La Organización de Consumidores alerta de las consecuencias de dejar en manos ajenas datos tan personales como los que provienen de nuestros genes.

Las empresas que se dedican a la venta de test genéticos domésticos o directos al consumidor utilizan técnicas comerciales para convencer al usuario de la bondad de sus productos y servicios, apelando a su curiosidad y derecho a decidir.

Además, este tipo de empresas suelen argumentar que ponen la ciencia y la tecnología al alcance de cualquiera, que democratizan la genética, dan autonomía a los ciudadanos y que la compra de sus productos o servicios supone invertir en prevención porque ayudan a mejorar la salud.

Sin embargo, OCU advierte que, cuando hay un interés comercial de por medio, la publicidad suele exagerar los beneficios y esconder o indicar en letra pequeña los riesgos. Por eso, la Organización de Consumidores no recomienda el uso de este tipo de test mientras no se regulen y haya un control sobre su validez y seguridad, así como sobre la publicidad e información que ofrecen al consumidor.

Es inaceptable que se permita una oferta creciente de pruebas genéticas directas al consumidor que no cumplan la Ley de Investigación Biomédica, pues ofrecen resultados relacionados con la salud, a pesar de que algunas empresas se escudan en que este tipo de test no tienen carácter diagnóstico o se realizan fuera del entorno clínico, sin la prescripción de un médico.

Por eso, para que no haya dudas, debería actualizarse dicha Ley o regularse de manera expresa este tipo de test, incluyendo la publicidad e información que ofrecen a los consumidores. Y sería conveniente aprobar leyes o acuerdos internacionales, ya que este comercio se desarrolla especialmente a través de Internet.

La OCU solicita también un mayor control sobre estos productos y servicios y considera que:

-Las autoridades deberían evaluar los test genéticos directos al consumidor antes de permitir su comercialización.

-Si no hay pruebas sobre su validez, utilidad y seguridad, deberían de retirarse del mercado.

-Debería haber un control sobre las acreditaciones de los laboratorios que hacen estos análisis.

-Debería vigilarse de manera especial si se está cumpliendo el Reglamento General de Protección de Datos. Todas las empresas que oferten productos o servicios dentro de la UE, aunque sean de otros países, también deberían acatarlo.

Todo esto, sin olvidar que la población necesita información para elegir y decidir con plena autonomía. Por eso, las autoridades sanitarias deberían de realizar campañas divulgativas sobre los riesgos de los análisis genéticos directos al consumidor, para evitar que la industria se aproveche de la curiosidad del usuario, así como de su deseo de estar sano o del miedo a enfermar.

La salud y la enfermedad dependen de muchos factores, no solo de la genética y, por lo tanto, es esencial que sea un profesional el que valore si la prueba genética es necesaria, útil y adecuada según la circunstancia personal y el historial médico de cada paciente.






16 de diciembre de 2019

martes, 24 de diciembre de 2019

¿Dónde comienza la enfermedad de Parkinson? ¿En el cerebro o en el intestino?

En un nuevo estudio danés, los científicos plantean la hipótesis de que la enfermedad de Parkinson (EP) se puede dividir en dos subtipos: intestino primero, lo que significa que se origina en el sistema nervioso periférico (SNP) del intestino y se propaga al cerebro; y primero cerebro, es decir, que se origina en el cerebro o ingresa al cerebro a través del sistema olfativo y se extiende al tronco encefálico y al sistema nervioso periférico (Borghammer & Van Den Berge, 2019).

© Desconocido

"La discusión sobre los orígenes de la EP a menudo se enmarca como 'o-o', es decir, o todos los casos de EP comienzan en el intestino o todos los casos comienzan en el cerebro," señaló la Dra. Nathalie Van Den Berge, del Departamento de Medicina Clínica de la Universidad de Aarhus en Dinamarca.

"Sin embargo, gran parte de la evidencia parece compatible con ambas interpretaciones. Por lo tanto, debemos considerar la posibilidad de que ambos escenarios sean realmente verdaderos."

"Si la hipótesis cerebro primero versus cuerpo primero es correcta, necesitamos intensificar la investigación para comprender los factores de riesgo y los factores desencadenantes de estos dos subtipos", dijo Van Den Berge.

"La evidencia de los estudios de autopsia de cerebros de pacientes con EP ha sugerido que la EP puede comenzar en el sistema nervioso periférico del intestino y la nariz", dijo Per Borghammer, coautor del estudio. "La patología luego se propaga a través de los nervios al cerebro. Sin embargo, no todos los estudios de autopsia están de acuerdo con esta interpretación."

"En algunos casos, los cerebros no contienen patología en los 'puntos de entrada' importantes del cerebro, como el núcleo dorsal del vago en la parte inferior del tronco encefálico. La hipótesis de primero en el intestino versus primero en el cerebro presentada en esta revisión proporciona un escenario que puede conciliar estos hallazgos discrepantes de la literatura neuropatológica en una sola teoría coherente sobre los orígenes de la EP."

La EP es un trastorno lentamente progresivo que afecta el movimiento, el control muscular y el equilibrio. Es el segundo trastorno neurodegenerativo más común relacionado con la edad que afecta a aproximadamente el tres por ciento de la población a la edad de 65 años y hasta el cinco por ciento de las personas mayores de 85 años.

Durante el siglo XX, se pensaba que la EP era principalmente un trastorno cerebral caracterizado por la pérdida de neuronas dopaminérgicas pigmentadas que residen en la sustancia negra, una estructura de ganglios basales ubicada en el mesencéfalo que juega un papel importante en la recompensa y el movimiento.

Más recientemente, ha quedado claro que la EP es muy variada y probablemente consta de diversos subtipos.

Para el estudio, los investigadores revisaron la evidencia de que los trastornos del cuerpo de Lewy (TCL), incluida la EP y la demencia con cuerpos de Lewy (DCL), comprenden dos subtipos distintos: (1) un fenotipo de primero intestino en el que precede el daño marcado al sistema nervioso autónomo periférico daño medible al cerebro mismo, incluidas las células de dopamina; y (2) un fenotipo de cerebro primero, en el cual el daño marcado al cerebro precede al daño medible al sistema nervioso autónomo periférico.

La revisión resume la evidencia existente de estudios de imágenes de humanos y estudios de tejidos de humanos y modelos animales. Los estudios de imagen e histología son generalmente compatibles con la hipótesis de cerebro primero versus cuerpo primero.

Si esta hipótesis es correcta, sugiere que la EP es más complicada de lo que se pensaba originalmente. Si la enfermedad comienza en el intestino en solo una fracción de los pacientes, es probable que las intervenciones dirigidas al intestino solo sean efectivas para algunos pacientes con EP, pero no para individuos en los que la enfermedad comienza en el cerebro mismo.

"Es probable que estos diferentes tipos de EP necesiten diferentes estrategias de tratamiento", dijo Borghammer. "Es posible prevenir el tipo de EP 'intestino primero' mediante intervenciones dirigidas al intestino, como los probióticos, los trasplantes fecales y los tratamientos antiinflamatorios."

"Sin embargo, estas estrategias podrían no funcionar con respecto al tratamiento y la prevención del tipo 'cerebro primero'. Por lo tanto, se requerirá una estrategia de tratamiento personalizada, y debemos ser capaces de identificar estos subtipos de EP en el paciente individual."

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Referencia bibliográfica:
Borghammer, P., & Van Den Berge, N. (2019). Brain-First versus Gut-First Parkinson's Disease: A Hypothesis. Journal of Parkinson's Disease, 9(s2), S281-S295. https://doi.org/10.3233/JPD-191721

Fuente: Psychcentral



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