Los dolores musculares son muy habituales y pueden afectar a uno o varios músculos del cuerpo, así como a ligamentos, tendones, fascia y los tejidos blandos que se encargan de conectar los músculos, huesos y órganos.
Las causas que los originan y su intensidad también puede variar bastante, de ahí que sea siempre importante recibir atención médica para averiguar su origen y recibir un tratamiento adecuado.
En la mayoría de ocasiones, el dolor muscular suele estar relacionado con la tensión, la sobrecarga, las malas posturas por períodos de tiempo prolongados o por lesiones musculares provocadas normalmente por un ejercicio o trabajo físico muy exigente. A su vez, las lesiones musculares pueden ser originadas por factores externos (heridas y contusiones) y por factores internos (distensiones, tirones, desgarros o roturas musculares).
En todas estas situaciones, el dolor muscular suele afectar a uno o varios músculos específicos, comienza durante o justo al terminar una actividad y su origen suele ser muy sencillo de identificar.
Pero hay otro tipo de dolores musculares que pueden ser un síntoma de otras enfermedades, como algunas infecciones (gripe) o trastornos que comprometen a los tejidos conectivos en todo el organismo (es el caso del lupus).
Respecto a la forma de tratarlos, los dolores musculares los podemos dividir en dos grupos:
- Dolor muscular agudo: que es el que se produce de repente como consecuencia casi siempre de un traumatismo (rotura fibrilar, contractura, esguince).
Estos dolores generan mucha inflamación, motivo por el que suelen ser bastante intensos. El tratamiento irá dirigido en primer lugar a bajar esta inflamación. Para ello, se bloquea la articulación o músculo que se ha visto afectado, se pone frío local durante 72 horas para que la inflamación se reduzca y se utilizan fármacos que nos van a permitir controlar el dolor, como los antiinflamatorios no esteroides.
- Dolores crónicos: la mayoría vienen provocados por una sobrecarga muscular excesiva. Se puede prevenir evitando algunos factores como la obesidad, la falta de ejercicio y de tonificación muscular y el sedentarismo.
El tratamiento de este tipo de dolores musculares es distinto al de los dolores musculares agudos. Así, vamos a aplicar calor local para aliviar el dolor. Mientras que en el dolor agudo está contraindicado, en el dolor crónico hay que acudir a fisioterapia y recibir masajes por personal cualificado. También se pueden tomar fármacos del tipo antiinflamatorios no esteroideos.
Si el dolor se cronifica mucho y es muy intenso, puede ser de gran ayuda las inyecciones de toxina botulínica (el famoso bótox) en puntos gatillos determinados que provoca una gran relajación del músculo, lo que permitirá que se reduzca considerablemente o se elimine el dolor en el plazo de 3 a 7 días. El efecto de estas infiltraciones dura entre 4 y 6 meses, y si fuera necesario se podría volver a repetir.
Por: AMarcos
Fuente: http://www.cosasdesalud.es/como-tratar-los-dolores-musculares/