Estrategias para aprovechar al máximo las horas de estudio y para superar una de las peores pesadillas de los estudiantes, quedarse en blanco
Uno de los problemas que más agobia a los estudiantes es olvidar los conocimientos adquiridos tras horas de estudio.
El repaso ayuda a mantener durante más tiempo en nuestra memoria las lecciones aprendidas, pero al final esas «huellas» que deja el material memorizado acaban también borrándose.
Auque puedes combatir el olvido con eficacia, con estrategias muy válidas como las que recomienda el profesor Salas.
1. Asimila el material antes de memorizarlo. La primera norma para obtener aprendizajes sólidos es entender lo que se está estudiando. Leer detenidamente, subrayar, preparar esquemas y consultar tus dudas en clase ayudan a conseguir esa comprensión.
2. Dispón de los conocimientos previos adecuados. El aprendizaje es una escalera que conviene subir poco a poco, si nos saltamos peldaños no conseguiremos asimilar los nuevos conocimientos. Por tanto, siempre hay que partir de lo que uno ya sabe.
3. Organiza el material. De nada sirve aprender datos sin un orden, es necesario que formen parte de un todo para poder retenerlos durante más tiempo. Por eso es muy conveniente hacer esquemas y resúmenes, que ayudan a construir una historia.
4. Usa multicanales en la memorización. Es más facil recordar algo que se asocia a varios recuerdos, uno visual y otro auditivo, por ejemplo. Un esquema acompañado de su lectura en voz alta es aún más eficaz.
5. Evita las interferencias. Concéntrate en el estudio. Aléjate del ruido, despeja la mesa de distracciones, apaga el móvil, realiza descansos e intercala asignaturas, todo ello contribuirá a que aproveches mejor el tiempo que dedicas al estudio.
6. Realiza aprendizajes funcionales. Practica lo estudiado y profundiza en los conocimientos. Aquello que nos interesa —como la música— o que nos resulta útil —como saber multiplicar— acaba por fijarse en nuestra memoria. Busca aplicaciones prácticas y no te quedes en la teoría.
7. Busca la similitud entre el contexto de grabación y el de recuerdo. Intenta que predomine una situación de normalidad. No cambies de sitio justo el día del examen, piensa en cómo estabas de tranquilo mientras estudiabas, infórmate sobre las preferencias o manías del profesor, todos esos datos te evitará «sorpresas» de última hora.
8. Aplica técnicas mnemotécnicas. Todo aquello que te ayude a recordar es válido. Agudiza tu ingenio. Puede que para memorizar una lista de nombres necesites compararlos con la alineación de tu equipo de fútbol o ponerles música.
9. ¡Repasa!. El repaso es fundamental para cualquier estudiante, pero es mucho más eficaz si se basa en una buena planificación. No se trata de repetir siete veces el mismo tema sino de hacerlo en el momento apropiado (tienes más información en el libro que ya hemos citado antes).
10. Prepara un simulacro. Escucharse a uno mismo o preparar una redacción orienta sobre los fallos y/o las lagunas pendientes y ayuda a ordenar los conocimientos. Si tienes un buen compañero que se ajuste a tus ritmos de estudio puede resultaros muy útil examinaros mutuamente.
LUCIA DORRONSORO .
ABC
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