En total, 23 trabajadores de la compañía de comunicaciones francesa se han quitado la vida en lo que va de año.- La empresa se compromete a investigar y los sindicatos han pedido una reunión con el director general.
En lo que va de año, se han suicidado 23, según los representantes de los trabajadores. En el otoño del año pasado, una ola creciente de suicidios (25 personas en 19 meses) sacudió a esta empresa.
Por entonces, los sindicatos denunciaron que muchas de estas muertes se debían a las condiciones estresantes de trabajo de France Télécom, a los traslados fulminantes a los que se forzaba a los trabajadores y al mal ambiente que reinaba en la compañía.
La ola de suicidios en France Télécom le cuesta el cargo a su director general.La justicia investiga a France Télécom por "acoso moral" a los trabajadores tras la ola de suicidios.France Télécom reconoce el suicidio de un trabajador como accidente de trabajo
La empresa, por lo pronto, se ha limitado a lamentar las cinco muertes y a recordar que los cinco trabajadores "no se conocían entre ellos, no tenían ninguna relación y pertenecen a diferentes regiones de Francia", según un portavoz de la compañía.
Este mismo portavoz añadió que France Télécom va a investigar "las situaciones laborales concretas de los cinco trabajadores" a fin de determinar si las causas del suicidio hay que buscarlas en dramas personales o no.
Por lo pronto, la empresa recuerda que ninguno de estos asalariados se ha matado en el lugar de trabajo, algo que generalmente relaciona el suicidio con las condiciones laborales o las situaciones de estrés. Uno de ellos, eso sí, se tiró desde un puente al salir de la oficina.
Hace casi un año, la oleada de suicidios y las denuncias de los sindicatos, así como la presión mediática en torno a esta empresa de 100.000 empleados, acarreó que el mismísimo Gobierno francés reaccionara: obligó a los dirigentes a arbitrar medidas de cara a cortar el descontento de los trabajadores. Posteriormente, el presidente de la compañía, Didier Lombard, dimitió, dejando el puesto al actual número uno, Stéphane Richard.
Éste se comprometió a insuflar "humanidad en el corazón" de la empresa. "Para insuflar humanidad en el corazón de la empresa hacen falta medios. La cuestión de los despidos y de los métodos de gestión todavía constituyen un problema", afirma a la agencia France Presse Christian Mathorel, del sindicato CGT.
Sebastián Crozier, del sindicato CFE-CGC-Unas, sin culpar al actual presidente, recordó que la vuelta al trabajo está siendo especialmente dura este otoño debido al proyecto del Gobierno de retrasar la jubilación de los franceses dos años. De cualquier forma, los sindicatos han pedido a Richard una reunión para analizar la cuestión.
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