El mercurio es un elemento químico, que es líquido a temperatura ambiente y puede provocar una serie de problemas de desarrollo, ya que afecta al sistema nervioso. Muchos alimentos contienen mercurio, especialmente el pescado, por lo que su consumo debe ser limitado, especialmente en el embarazo, y en bebés y niños.
Los pescados acumulan cierta cantidad de mercurio, que en parte se encuentra en el ambiente, pero los altos niveles de mercurio están relacionados con la contaminación industrial, que se acumula en el océano, y por tanto se concentra en especies como la caballa, pez espada, tiburón, lubina, mero, atún blanco en conserva y atún de aleta amarilla. Sólo de vez en cuando se recomienda comer moderadamente bacalao, corvina, mero, rape y pargo.
Las menores cantidades de mercurio se acumulan en pescados, como anchoas, sardinas, caballa, ejemplares pequeños de atún, lenguado, salmonete, perca, abadejo, salmón, ya sea fresco o en conserva, calamar, trucha y pescados blancos en general, y en mariscos, como las almejas, mejillones, ostras, vieiras, camarones, cangrejos y langosta.
Una de las formas químicas en que se encuentra el mercurio, es el metilmercurio, y que en el feto, bebé y niños, altera el desarrollo neurológico, por lo que si una embarazada consume pescados y mariscos con metilmercurio, puede afectar negativamente al crecimiento del cerebro del bebé y de su sistema nervioso.
Puede incidir sobre el desarrollo cognitivo, memoria, atención, motricidad, habilidades visuales y lenguaje y se corre el riesgo de dar a luz a niños con discapacidades graves.
El envenenamiento por metilmercurio puede provocar deterioro de la visión periférica, falta de coordinación de las movimientos, sensación de pinchazos de agujas en las manos, pies y alrededor de la boca, deterioro del habla, de la audición y de caminar; así como debilidad muscular.
Exposiciones altas de mercurio pueden producir síntomas, como temblores, cambios de humor, irritabilidad, nerviosismo, cambios emocionales, insomnio, debilidad, atrofia muscular, dolores de cabeza, alteraciones en las sensaciones, y déficit de la función cognitiva. En exposiciones más elevadas pueden producirse insuficiencia respiratoria, efectos renales, y hasta la muerte.
Fuente: http://www.cosasdesalud.es/efectos-del-mercurio-para-la-salud/
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