Aunque no lo creas, es algo bastante normal.
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Puede ser fruto de un trauma -una violación o abuso sexual-, de una mala experiencia, de un problema físico, del miedo al embarazo… Sea por lo que sea, es importante saber cómo superar la fobia al sexo, especialmente si sentimos ganas de mantener relaciones sexuales, pero algo nos bloquea.
Cómo superar el miedo a la primera vez
Todos perdimos la virginidad en un momento determinado y lógicamente tuvimos miedo. Sin embargo, a muchas personas el miedo les paraliza y no les deja seguir adelante su vida sexual con normalidad.
Por eso, es importante conocerse a sí mismo en el aspecto sexual, antes de conocer a alguien más. Y no te generes presión por perder la virginidad, hazlo cuando tu cuerpo y tu mente estén de acuerdo. Mientras, disfruta de los pasos previos, incluso de otros tipos de sexo.
Encuentra un lugar agradable y en el que te sientas cómodo, tomate las cosas con calma y ve poco a poco. Conversa con tu pareja -por eso es importante tener confianza- sobre lo que pasa por tu cabeza, lo que te gusta y lo que no. Intenta relajarte y no tensionarte, ya que te será más difícil sentir placer de esta forma.
Fobia al sexo
Todos podemos tener un poco de ansiedad en estos momentos, especialmente con una nueva pareja sexual. Relajarse y respirar profundamente pueden servir en caso de tener una ansiedad media. Sin embargo, si experimentamos una fobia verdadera -miedo al punto de que tenemos náuseas, dolor de estómago- esos consejos no nos serán de ninguna utilidad.
Los sentimientos que generamos en nuestro cuerpo los hacemos mediante los pensamientos que tenemos en nuestra mente y la fisiología. La depresión se basa en pensamientos negativos y tu postura, respiración, etcétera. Si cambiamos la fisiología y el pensamiento, inmediatamente nuestros sentimientos cambian. La forma más rápida de superar el miedo es cambiar completamente lo que estás haciendo cuando te encuentras en esa situación.
El anclaje
El anclaje es una técnica que sirve en muchos casos para controlar todo tipo de emociones, inclusive la fobia al sexo. En general, nuestro cuerpo “ancla” un estímulo -por ejemplo, un aroma- con un sentimiento, por lo que ante ese estímulo siempre se desencadena en ese sentimiento.
Por esta razón, debemos generar un ancla que asocie algún estímulo que nosotros mismos podamos crear con un sentimiento de calma y tranquilidad. Así, cuando vayas a tener un encuentro sexual y te sientas estresado, puedes iniciar ese estímulo y perder el miedo.
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