“Envejecer es un mal vicio que no se pueden permitir los que andan muy ocupados” (André Maurois)
Como no todo el mundo tiene tiempo o ganas de escribir novelas o de tocar el violín, vamos a ver las claves para mantener el cerebro joven a cualquier edad.
Hay cosas que todo el mundo debería hacer para que su centro de operaciones no vea menguado su rendimiento:
1. Ejercicio moderado pero continuo. El mejor tonificador del cerebro son las zapatillas de deporte, ya que mejora el ritmo cardíaco y, por tanto, la circulación de la sangre. Un cerebro bien irrigado mantiene en buen estado las conexiones entre las neuronas, que son esenciales para el pensamiento. Por tanto, el ejercicio suave suministra más sangre y oxígeno a nuestro tejido cerebral, evitando que se deteriore.
2. Buena alimentación. El consumo de alimentos del tipo de las frutas y verduras, legumbres, frutos secos, té verde, etc. no sólo ayuda a prevenir el cáncer, sino que neutraliza los temidos radicales libres que envejecen el cerebro. Una dieta demasiado grasa, además, puede derivar en presión arterial alta, diabetes, obesidad o colesterol, los cuales dificultan el riego sanguíneo también en el cerebro.
3. Aprender siempre. Aunque nuestra materia gris empieza a envejecer a los 30 años, un aprendizaje constante permite mantener la agilidad. Para ello debemos procurar a la mente ejercicios y nuevos desafíos.
4. Mantener la calma. El estrés puede dañar los procesos cognitivos como el aprendizaje y la memoria. En especial, el estrés crónico debilita la región del cerebro denominada hipocampo, donde se forma y consolida la memoria.
5. Dormir suficiente. Un buen descanso nocturno duplicaba la capacidad para resolver problemas planteados el día antes. Esto se debe a que, mientras dormimos, el cerebro se mantiene activo y tiene tiempo de sintetizar lo que ha aprendido con anterioridad. La expresión “voy a consultarlo con la almohada” tiene, por tanto, mucho sentido.
6. Reír. El humor estimula la generación de dopamina, una hormona y neurotransmisor que nos hace “sentir bien”. La risa nos ayuda a relativizar nuestras preocupaciones, con lo que evitamos que nuestra mente se ancle.
7. Aprovechar la experiencia. Lo bueno de hacerse mayor es que atesoramos millones de situaciones que nos proporcionan criterio. Esta información podemos aprovecharla para afrontar problemas –nuestros o de otras personas– para los que una persona joven no está preparada.
JUEGOS PARA EL CEREBRO
“Los seres humanos no dejan de jugar porque envejecen; envejecen porque dejan de jugar” (Oliver Holmes).
En las farmacias se venden sofisticados complementos vitamínicos para nutrir nuestro cerebro pensante, y las tiendas de productos naturales recomiendan ginseng para la vitalidad y ginkgo biloba para reforzar la memoria. Sin embargo, el juego es el protector número uno de las facultades mentales.
Incorporar a nuestra rutina diaria alguna de estas actividades para mantener bien lubricada nuestra red neuronal:
• Juegos de mesa como el ajedrez, las damas, el dominó o las cartas, incluyendo los solitarios.
• Puzzles (rompecabezas), mecanos y otros juegos de construcción.
• Crucigramas, sudokus o cualquier pasatiempo.
Para los que se aburren con esta clase de pasatiempos, aprender un idioma es una excelente manera de engrasar todos nuestros circuitos cerebrales, ya que implica ejercitar la memoria, entender nuevas estructuras y sintetizar reglas gramaticales.
Por supuesto, dos actividades como leer y escribir también resultan una gimnasia mental de primer orden, al igual que aprender a tocar algún instrumento musical.
Una actitud optimista será el complemento imprescindible para que nuestro cerebro sea un generador de creatividad en lugar de un pozo de lamentos.
Alimentar la curiosidad y celebrar cada día que pasamos en el mundo es todo lo que hace falta para no retirarnos nunca del lado soleado de la vida. Como reza un proverbio irlandés, “nunca lamentes que te estás haciendo viejo, porque a muchos les ha sido negado este privilegio ”.
La única forma de mantenerse joven mentalmente es no dejar nunca de jugar. Independientemente de la edad, debemos vivir como si estuviéramos poniendo a prueba el mundo, es decir, seguir siendo niños. Cuando observamos a grandes artistas como Matisse, Picasso o Miró, entendemos que en esencia continuaron haciendo lo mismo que en su infancia: jugar, divertirse, ponerse nuevos retos. Mantener la ilusión cada día y no renunciar a los valores de la infancia es el elixir de la juventud. También para el cerebro, pues en cuanto empiezas a pensar como un viejo ya has perdido la batalla. Por eso es bueno que los abuelos estén cerca de sus nietos y les vean jugar e imaginar. Los niños son nuestros mejores maestros.
Para el final, una reflexión vinculada al mundo de la informática: La alfabetización digital tiene que ver con el dominio de las ideas, no de las teclas.
Enviado porAbjini
http://hermandadblanca.org/cerebro-y-juventud/#.U4GjoHJ_vp4
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