La mayoría de las personas tienen la costumbre de hacer limpieza en su armario. Algunas la hacen de un año para otro, otras la hacen con el cambio de temporada.
Sin embargo, lo cierto es que si no realizamos esa limpieza, la ropa y los objetos se acumulan llegando a ocupar todo el espacio del que disponemos.
En nuestro armario mental sucede algo parecido pero casi nunca nos damos cuenta de cuándo es necesario hacer limpieza, al contrario, continuamos llenándolo, a rebosar.
¿Qué hay en tu armario mental?
Cuando hablamos del armario mental, solemos pensar en la memoria. Sin embargo, lo cierto es que nuestra memoria cuenta con sus propios recursos para hacerle espacio a los nuevos recuerdos y descartar todos aquellos que no sean importantes. En realidad, los habitantes de nuestro armario mental son las creencias, las emociones, los traumas, los estereotipos, los prejuicios y los valores.
A lo largo de la vida nos vamos formando una concepción del mundo y de cómo deberían ser las cosas, nos formamos una idea de quiénes somos y hacia dónde nos dirigimos. Sin embargo, a lo largo de los años vivimos muchísimas experiencias que pueden traducirse en creencias erróneas, estereotipos o incluso traumas.
Esas experiencias se pueden convertir en una carga muy pesada. De hecho, son como esa ropa que nunca usamos y que solo sirve para ocupar un lugar en el armario. Por eso, cada cierto tiempo es necesario abrir las puertas y hacer inventario, ver lo que podemos usar y lo que no nos sirve, debemos aprender a tirar lo que no necesitamos para hacerle espacio a las cosas nuevas.
En realidad, el problema de las creencias irracionales, los estereotipos y los traumas es que no dejan espacio para vivir plenamente las experiencias positivas sino que se enquistan en el inconsciente y nos llenan de amargura, resentimiento, ira y frustración. Por esta razón, cada cierto tiempo debes preguntarte qué creencias te impiden crecer, qué traumas o insatisfacciones están lacerando tus oportunidades y qué estereotipos te mantienen atado al pasado.
Todas estas son cosas que no necesitas en tu armario mental. Sin embargo, también habrá muchas cosas que quieras guardar porque te ayudarán a construir tu futuro o porque simplemente te hacen sentir bien. Como pueden ser los recuerdos agradables, los valores que te identifican como persona o esos pensamientos positivos sobre ti mismo.
¿Cómo hacer la limpieza mental?
Al hacer limpieza en el armario, hay personas que se apegan a las cosas y no quieren tirar nada. Como resultado, al final de la limpieza, el armario sigue tan atestado como antes. Obviamente, se trata de una actitud inútil que solo sirve para consumir energía en vano.
- Dejar ir. Para hacer limpieza mental es importante activar el modo “dejar ir”. Es decir, entrar en nuestro armario con la actitud de que es necesario dejar en el pasado ciertas cosas para poder continuar hacia el futuro. La vida implica un flujo continuo, resistirnos a este es contraproducente. No importa de dónde provengan esas ideas, creencias o emociones negativas o dañinas, debes dejarlas en el pasado.
- Vivenciar realmente las experiencias. En ocasiones, todo lo que necesitamos para asumir un trauma es volver a vivenciarlo ya que muchas veces lo que hacemos es esconderlo o negarlo. En este proceso, las experiencias vinculadas al problema adquieren un nuevo significado y las emociones negativas dejan de dañarnos porque las asumimos como parte de nuestro pasado emocional, ese que existe pero que no nos perturba.
- Poner en su lugar creeencias potenciadoras. Cuando existen ideas irracionales o pensamientos negativos, lo mejor es borrarlos colocando en su lugar ideas positivas. Por ejemplo, la idea: “soy una persona valiosa” podría ocupar el lugar de la creencia: “no valgo para nada”. Obviamente, no es un cambio que ocurre de un día para el otro. Considera que has tenido el armario lleno de cosas inútiles durante mucho tiempo así que necesitarás paciencia y perseverancia para limpiarlo.
http://www.rinconpsicologia.com/2014/09/limpiar-los-cajones-del-armario-mental.html
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