Cuando el diafragma sufre un 'espasmo' se interrumpe el paso del aire en las vías respiratorias (al cerrarse la epiglotis), y entonces se nos escapa ese ¡hip!
Un buen susto (inesperado) te quitará el hipo de un plumazo.
Normalmente, el diafragma (músculo situado entre el tórax y el abdomen) desciende cuando inhalamos para que los pulmones se llenen de aire, y sube cuando exhalamos para facilitar la salida de aire de los pulmones.
Si es mecanismo se altera y el diafragma sube o baja antes de lo normal, la respiración se hace diferente, provocando estos episodios espasmódicos.
En realidad, el ruido que acompaña al hipo proviene de la entrada del aire en la laringe que, al llevar velocidades extrañas para el cuerpo, lo rechaza. La laringe manifiesta esa extrañeza mediante la glotis, que se cierra en un acto reflejo.
Ese sonido que emitimos de forma involuntaria puede aparecer por diversas causas. La forma en qué comemos y lo que comemos tiene mucho que ver. Las bebidas muy frías o calientes, los alimentos picantes y comer demasiado deprisa o en exceso pueden desencadenar este incómodo efecto secundario.
Otras posibles causas del hipo:
Abusar del alcohol.
Consumo de tabaco.
Irritación del diafragma.
Alteraciones del estómago.
Estados de nerviosismo o excitación u otras emociones fuertes.
Un sobreesfuerzo físico.
Cirugía abdominal.
Padecer cualquier enfermedad o trastorno que irrite los nervios que controlan el diafragma.
[Relacionado: ¿Cansado de no poder respirar bien? Prueba esto]
Lo normal es que desaparezca por si sólo en unos segundos, y se suelen tener entre cuatro y sesenta espasmos por minuto. A veces puede durar horas o días.
El hipo 'persistente' o o 'refractario' puede durar más de dos días y, el 'incorregible', meses; éste último se asocia a alguna enfermedad, hasta un mes.
Cuando esto sucede hay que acudir al médico porque puede tener su origen en alteraciones gástricas, torácicas, metabólicas o neurológicas, e incluso ser síntoma de enfermedades como úlcera de estómago, esofagitis o pancreatitis, entre otras.
Aparte de taparse la boca (Coloca tus manos sobre la nariz y boca, y respira normalmente) y contener la respiración, ¡sólo unos segundos! Hay muchas otras formas de quitarte el hipo.
Por ejemplo, beber con el vaso por el borde más alejado, que te den un susto, morder un limón o beber un vaso de agua fría de un trago.
[Relacionado: Ejercicios para respirar mejor]
Más remedios contra el hipo:
Beber agua agachando el cuerpo hacia delante.
Tomar una cucharada de azúcar.
Tomar una cucharita de vinagre.
Respirar ritmicamente dentro de una bolsa de papel.
Pero entre todo ellos, el único método antihipo probado científicamente es éste: poner una cucharada de azúcar blanca o miel bajo la lengua. El estudio publicado en The England Journal of Medicine, probó que esto hace que el cuerpo se relaje y cambie el ritmo de la respiración, lo que puede también calmar el hipo.
La clave, por tanto, hagas lo que hagas, es intentar normalizar la respiración.
Por Monica De Haro
https://es.tendencias.yahoo.com/blogs/salud-y-bienestar/%C2%BFcu%C3%A1nto-puede-durar--c%C3%B3mo-m%C3%A1ximo--un--ataque--de-hipo-093519656.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario