Cuando hay una relación sana no tiene que haber sufrimiento, según Silvia Congost. Reflexionamos sobre esas 8 señales que indican que tu relación de pareja es tóxica.
En las relaciones de pareja es donde nos jugamos el gran peso de nuestros conflictos internos o inconscientes: qué tipo de pareja escogemos, cómo nos relacionamos y cómo amamos, cuál es nuestra manera de vincularnos y si se llega a una dependencia emocional completa, si uno pierde su individualidad y se fusiona con su pareja en nombre del amor, si se mantiene el respeto al otro y a uno mismo, si uno se aferra a esa persona por miedo a estar solo aunque ya no quede nada entre los dos, etcétera.
El amor ha sido uno de los objetos de estudio más universales, con independencia de la profesión o la pasión que a uno le moviera, pero hablamos de enfrentarnos a emociones que nunca son simples o sencillas. Lo han descrito como una capacidad para saltar al vacío y esperar que en la caída te crezcan las alas (Benjamin Griss) o el amor es un acto de fe (Erich Fromm) porque uno puede -en el mejor de los casos- hacer frente a lo que siente pero nunca sabe lo que le será devuelto.
El temor al rechazo, al olvido, a no ser correspondido o que no se le ame de la misma manera. El miedo a que el amor se pueda terminar, a entregarse y abrirse verdaderamente a otro ser humano. El amor puede ser una de las tareas más complejas e intimidantes, esperar que a uno lo amen como necesita ser amado, cuando a veces ni si quiera conoce su verdadero significado.
En este blog y en nuestra página de facebook también hemos dedicado mucho espacio a hablar sobre el amor, para reflexionar juntos y preguntarnos a cerca de cómo se ama y cuál es ese amor que denominan bueno. Parece que lo más sencillo es dictaminar el que no es tan sano, ese amor que hace daño pero del cual puede ser muy difícil despegarse o ser consciente de cuánto está dejando uno de sí mismo en el camino.
En este artículo no vamos a entrar en las “relaciones tóxicas” relacionadas con la violencia de género y el maltrato (físico, verbal, psicológico), pero podéis leer sobre ello aquí:
Dicho esto, vamos a reflexionar con vosotros sobre las 8 señales que indicarían que tu relación de pareja es tóxica, señales que ha recopilado Silvia Congost para su libro “Si duele, no es amor“.
Cuando aparece esta pregunta de vez en cuando en tus pensamientos podríamos pensar que algo en la relación no está funcionando.
A veces, uno está seguro de que es la persona adecuada; otras veces, sabe que la decisión que tiene que tomar es dejarlo pero, contra todo pronóstico, uno continúa embarcado en esa relación con el convencimiento de que todo irá a mejor, que puede ser algo temporal, que no es el otro y soy yo que tengo un mal día o una mala temporada.
Puede resultar muy difícil aceptar que esa persona fantástica no es la naranja que estabas esperando y puede ser más cómodo intentar quedarse ciego para continuar en la deriva de un te quiero y en la cabeza aparece un pensamiento de “pero…” que plantearse seriamente si es o no es la pareja que uno necesita, y que el otro también necesita.
Por otra parte, a veces no se trata de la imposibilidad de dejar a personas fantásticas por el temor de que “nunca encontraré a nadie como …“, en otras ocasiones puede haber pensamientos del tipo “quién me va a querer a mí si…” donde se manifiestan problemas de autoestima e inseguridad.
¿INTENTAS CAMBIAR A TU PAREJA?
Muchas personas negarán esto con rotundidad y otras pensarán para sí mismas que sí, que hay cosas que le resultan intolerables de su pareja y necesitan cambiarlo para poder estar con ellas.
Pues bien, ese intento de cambiar a la pareja lo que manifiesta es que uno no es capaz de aceptarcomo es al otro por completo. Al final, se intenta moldear a la pareja a las necesidades propias en lugar de aceptar su individualidad y así evitar la pregunta anterior “¿será la pareja adecuada para mí?”
LOS CONFLICTOS NUNCA SE SOLUCIONAN
Los mismos problemas vuelven a surgir de manera periódica y parece que nunca se alcanza la solución adecuada, o ninguna solución en sí misma.
Se vive como una sensación de cansancio y frustración porque la pareja vuelve a estar atascada en el mismo punto de hace un mes, cuando surgió tal problema y uno puede pensar “pero si esto ya lo hablamos ¿vuelves otra vez con lo mismo?”. Clara señal de que algo no está verdaderamente solucionado.
También suele estar acompañado de una problemas para poder comunicarse en la pareja, no se pueden discutir las cosas y se hace como si nada, se salta el obstáculo sin solucionarlo hasta que uno vuelve a toparse de frente con él. Lo que implica que la relación de pareja no pueda avanzar, pues siempre lleva una carga a sus espaldas que no permite que crezca.
LA RESPONSABILIDAD SIEMPRE LA TIENE EL OTRO
Ante los conflictos de pareja, suele haber personas que siempre se cargan con la responsabilidad de todo y otros que siempre cargan al otro y ellos nunca han hecho nada.
Los primeros harían de todo para hacer que la relación de pareja vaya bien, cuando ya este funcionamiento impediría que fuera una relación equilibrada; los segundos parecen incapaces de hacerse una pregunta sobre su manera de relacionarse con los demás.
Frases típicas: “Estás loc@, siempre estás con lo mismo” o “Sois tod@s iguales“, “Ya vuelves con la misma historia de siempre, háztelo mirar“. La culpa siempre la tiene el otro que no se expresa bien, no lo entiende bien o espera siempre de más.
¿HAS PERDIDO LA CUENTA DEL NÚMERO DE VECES QUE HABÉIS ROTO?
Siempre se ha dicho que las reconciliaciones son maravillosas pero las consecuencias de las rupturas a nivel de pareja e invidualmente no lo son tanto.
Cuando se produce una ruptura tras otra se genera un estado de angustia, frustración, inestabilidad e inseguridad en la pareja que no es nada sana. Los límites se pierden y uno puede llegar a faltar el respeto al otro sin pensar.
Las rupturas de pareja implican dolor y sufrimiento, preguntas que luego nunca encuentran respuesta y uno acaba metido en un círculo vicioso que ya no sabe si le quieren, le odian o qué es lo que ocurre. Además, si llega el momento de la ruptura real, parece que pierde la capacidad de saber si esto es para siempre o uno se queda esperando porque “siempre vuelve“.
SIENTES QUE TÚ SIEMPRE DAS MÁS
Las relaciones de pareja tienen que estar basadas en -entre muchas otras cosas- el respeto y el equilibrio. A veces, uno puede sentir que ha perdido todo el poder de decisión o de opinión en una pareja, que uno siempre está a la espera de que el otro tenga tiempo para dedicárselo, para quedar, para hacer algo.
Si se produce un problema de pareja, suele repetirse la queja de “siempre tengo que ir yo, sino no viene” y si no viene, ya sabemos que no se soluciona o no se hace un como si se solucionase.
EMPIEZAS A SENTIR QUE ESTÁS CAMBIANDO
Hay momentos en los que la vida le lleva a uno al punto en el que vuelve a mirarse, a repensarse, cómo era antes de la relación y como es ahora.
Hay personas que cambian cuando están en pareja: dejan a los amigos de lado, no se cuidan, no sonríen, no están felices, se apagan, están cansadas, pierden el interés por sus cosas y siempre están a la espera de la pareja…
LA GENTE QUE TE QUIERE NO ENTIENDE POR QUÉ SIGUES EN ESA RELACIÓN
Tener amigos y gente de confianza implica que uno puede desahogarse de las cosas que le ocurren en pareja o en su día a día, eso implica que suelen escuchar y también opinar sobre eso que cuentas.
Hay relaciones de pareja y funcionamientos individuales en la pareja que hace que muchos amigos se pregunten por qué uno sigue metido en esa relación, por qué continúa aguantando, etc. Esto puede derivar en que uno ya deje de contar las cosas y se las guarde para sí, así no tiene que enfrentarse a esas preguntas que los demás le hacen y le incomodan porque uno no quiere ver y al final se acaba justificando uno así mismo como “es que no lo entienden“.
Os dejo un vídeo de una entrevistas con Silvia Congost para seguir escuchando sobre relaciones tóxicas:
http://depsicologia.com/senales-de-que-tu-relacion-de-pareja-es-toxica/
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