Estás a dieta pero en vez de adelgazar estás engordando, ¿por qué? Te contamos las claves para que no te pase.
Hay muchas personas que desisten de la idea de hacer dieta porque, a pesar de sus esfuerzos, no consiguen llegar al peso ideal.
Aunque muchos planes prometen ayudar a bajar cierta cantidad de kilos, algunos no ven el cambio o notan que, inclusive, han ganado más peso y se plantean la pregunta de “por qué engordo si estoy a dieta”.
Para cualquiera que pretende mejorar su figura y salud, esta situación es muy decepcionante. El problema es que se suelen pasar por alto aspectos relevantes de la alimentación, o bien, esos factores biológicos que pueden influir en este proceso.
La palabra “dieta” suele relacionarse con un plan de alimentaciónespecífico y limitado; no obstante, se debería percibir como un cambio permanente en el estilo de vida, ya que no basta con comer sano durante un tiempo y después no.
Asimismo, es fundamental entender que no solo se trata de comer bien, puesto que el peso depende de la edad, la actividad metabólica y hormonal, el estilo de vida y la salud de cada uno.
¿Por qué engordo si estoy a dieta? Para resolver este interrogante, a continuación recopilamos algunas de las razones que pueden explicarlo.
Predisposición genética
La susceptibilidad o predisposición genética es una de las razones por las que muchos tienen dificultades para adelgazar. Si bien una alimentación baja en calorías puede contribuir a mejorar el peso, las personas con este problema tienden a fracasar con las dietas populares.
Una variante determinada del gen FTO incrementa hasta en un 70% la predisposición a la obesidad. Así mismo, estos factores aumentan los niveles de grelina, mejor conocida como hormona del hambre.
Los pacientes con este problema deben recibir asesoramiento con un nutricionista. Este, basándose en su historia clínica y características, es quien puede encontrar un tipo de dieta acorde. El paciente podrá dejar de plantearse “por qué engordo si estoy a dieta”.
Causas metabólicas de por qué engordo si estoy a dieta
Las enfermedades cardiovasculares y del sistema renal pueden producir un aumento de peso aunque la dieta sea saludable. Esto se debe a que su mal funcionamiento puede causar un incremento de la retención de líquidos, factor asociado con el sobrepeso.
Por otro lado, trastornos de origen hormonal como el hipotiroidismo y el síndrome de ovario poliquístico pueden influir en este aumento. En todos estos casos es necesario ajustar la alimentación a las necesidades “especiales” del cuerpo.
Efecto rebote
¡Es la causa más frecuente! Dado que la mayoría de personas apuestan por dietas hipocalóricas o restrictivas, el efecto rebote suele ser la razón principal del aumento de peso.
También conocido como “efecto yo-yo”, es un conjunto de reacciones que se derivan de los cambios que sufre el organismo al ser sometido a un cambio brusco en la dieta.
En un principio las llamadas dietas “milagro” parecen ser la vía más rápida para bajar kilos; no obstante, una vez finalizan, aumenta la sensación de ansiedad por comer y, en poco tiempo, la persona recupera el peso perdido.
Esta situación se deriva de los descontroles que sufre la grelina, hormona sintetizada por el duodeno y el estómago, cuya función es despertar la sensación de apetito.
Menopausia
Los cambios fisiológicos que sufren las mujeres al llegar a la etapa de la menopausia pueden ser los motivos por los que se presenta un aumento de peso, inclusive cuando la dieta es balanceada y controlada en calorías.
El descenso de los niveles de hormonas femeninas aumenta el apetito e influye en el metabolismo lento. Esto, además que el gasto energético es inferior, eleva la tendencia a engordar con cierta facilidad.
Falta de ejercicio físico
Tener una buena alimentación es el paso principal para lograr un peso sano. Sin embargo, es fundamental ser conscientes de la importancia de complementar sus efectos con la práctica diaria de ejercicio físico.
Las actividades deportivas incrementan el gasto energético del cuerpo y, por ende, estimulan la quema de grasa. A su vez, actúan de forma positiva sobre la salud metabólica y cardíaca, reduciendo el riesgo de enfermedades crónicas.
Depresión y estrés
Las personas que están bajo situaciones de estrés y depresión tienen más dificultades para mantener un peso sano y equilibrado. Aunque muchos lo pasan por alto, el estado de ánimo incide, en cierta medida, en el índice de masa corporal.
Los individuos que atraviesan estos problemas suelen adoptar hábitos de vida poco saludables que dañan por completo la dieta. De hecho, la mayoría suele hacer malas elecciones alimentarias al atravesar alguna crisis emocional.
¿No consigues lograr el peso que deseas? Si la dieta que estás llevando no da buenos resultados, analiza si puede ser por alguna de las causas mencionadas. De ser así, lo mejor es consultar al especialista para diseñar un plan de alimentación apropiado y olvídate para siempre del por qué engordo si estoy a dieta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario