EL EJERCICIO FÍSICO PARECE SER LA FUENTE DE LA ETERNA JUVENTUD, SEGÚN ESTA INVESTIGACIÓN
Sobre los beneficios del ejercicio físico nunca se dirá lo suficiente. Si bien la información al respecto es más o menos conocida (en términos generales, todos sabemos que el ejercicio le hace bien al cuerpo), cada tanto se realizan nuevos descubrimientos que precisan esas ventajas.
Tal es el caso de una investigación dada a conocer recientemente, en la que se observó que los músculos del cuerpo de una persona que ronda los 70 años de edad pero que a lo largo de su vida mantuvo una rutina constante de actividad física, se encuentran en un estado semejante al de un joven con buena salud de 25 años de edad.
Esto es, al menos a nivel muscular, el ejercicio físico es capaz de mantener el bienestar con una diferencia de entre 30 y 40 años con respecto al paso real del tiempo.
El estudio en cuestión estuvo dirigido por Scott Trappe, director del Laboratorio de Desempeño Humano de la Universidad Estatal de Ball, en Estados Unidos.
Trappe se interesó por un hecho histórico conocido de la cultura estadounidense que ocurrió en la década de 1970, cuando se presentó un entusiasmo generalizado por el ejercicio físico, particularmente por la actividad de correr.
En esos años se publicó, por ejemplo, un libro que se volvió un best seller y clásico instantáneo al respecto: The Complete Book of Running, de Jim Fixx (1977).
Trappe se interesó por un hecho histórico conocido de la cultura estadounidense que ocurrió en la década de 1970, cuando se presentó un entusiasmo generalizado por el ejercicio físico, particularmente por la actividad de correr.
En esos años se publicó, por ejemplo, un libro que se volvió un best seller y clásico instantáneo al respecto: The Complete Book of Running, de Jim Fixx (1977).
Trappe encontró que dicho “boom” echó raíces en muchas personas, quienes a partir de eso adoptaron la actividad física como un elemento usual de su vida.
Algunos continuaron corriendo, otros comenzaron a nadar o a hacer ciclismo, algunos más se inclinaron por el ejercicio de su musculatura, etcétera.
Algunos continuaron corriendo, otros comenzaron a nadar o a hacer ciclismo, algunos más se inclinaron por el ejercicio de su musculatura, etcétera.
Siguiendo esos rastros, el investigador encontró a 28 personas (siete mujeres y 21 hombres) que durante los últimos 50 años continuaron ejercitándose, prácticamente sin interrupción.
Para comparar el estado de salud de dicho grupo, Trappe reunió a continuación a un número similar de ancianos que realizaron poca o ninguna actividad física durante su vida adulta y, finalmente, a un grupo de jóvenes cercanos a los 20 años de edad.
En todos los casos, el investigador condujo pruebas de capacidad aeróbica muscular, esto es, la capacidad de los músculos para funcionar eficientemente y realizar actividades sostenidas con poco esfuerzo, poca fatiga y con una recuperación rápida.
Esta prueba se complementó con estudios sobre ciertos niveles de enzimas en los tejidos musculares, para así tener un panorama completo al respecto.
Para sorpresa de los propios científicos involucrados, el tejido muscular de las personas que se ejercitaron constantemente a lo largo de la vida no difiere mucho en estado al de los jóvenes, lo cual pone en duda una de las ideas más aceptadas hasta ahora sobre los músculos y el sistema cardiovascular: que el bienestar de ambos declina con el tiempo.
En cierta forma esta conclusión podría parecer evidente pues, después de todo, la vida necesita de la actividad para mantener su vigor.
POR: PIJAMASURF - 11/27/2018
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