En los supermercados aproximadamente 80 por ciento de los productos que se venden son ultraprocesados, y no deberían consumirse, porque nos están enfermando, sostuvo Soledad Barruti, autora de los libros Mal comidos y Mala Leche: el supermercado como emboscada.
En el taller/encuentro con especialistas en nutrición, ¿Qué hay detrás del sistema alimentario actual?
El engaño de la industria de la comida chatarra y el regreso al consumo de comida real, la experta argentina expuso que los comestibles ultraprocesados siempre tienen los mismos ingredientes: harinas, aceite y azúcar.
A estos se los disfraza con aditivos: colorantes, saborizantes y aromatizantes, que hacen creer que son lo que realmente no son o que tienen fruta, por ejemplo los yogurts industriales.
Señaló que el azúcar está escondida en 56 formas en estos productos, que no son alimentos, sino preparaciones industriales. Los alimentos no tienen ingredientes, son el ingrediente.
Dijo que es fácil detectar un ultraprocesado, basta con mirar la etiqueta del producto y ver la lista de ingredientes que lo componen.
Se llama industria alimentaria, pero no venden alimentos, sino sucedáneos de alimentos.
Sostuvo que lo que le damos de comer a los niños actualmente es un pasaporte seguro a enfermedades tales como diabetes, obesidad y padecimientos metabólicos, los cuales antes sólo eran experimentados por personas mayores.
Desde el nacimiento los infantes ingieren ultraprocesados como fórmulas lácteas, productos comestibles para bebés, yogurts industriales, cereales azucarados y gaseosas entre muchos otros.
Los invito a dejar el supermercado e ir al mercado y cocinar. Cada quien se tiene que reconciliar con su forma de alimentarse.
Criticó la prevalencia de la idea farmacéutica de la alimentación en la que dejamos de consumir los alimentos naturales y pasamos a buscar nutrientes, como si fueran pastillas.
Esto en relación con todos los aditivos de diversa gama que la industria coloca en los comestibles.
Esto en relación con todos los aditivos de diversa gama que la industria coloca en los comestibles.
La especialista aseguró que dar productos ultraprocesados a los niños, no es un mimo, es una falta de respeto y destacó los esfuerzos de etiquetado que se han realizado en diversos países, por ejemplo en Chile, en donde con sellos negros frontales se advierte en los productos, cuando son altos en calorías, en azúcares y en grasas saturadas.
También llamó la atención sobre las condiciones que experimentan diversos animales criados para el consumo humano o que proveen de alimentos, como en el caso de las vacas y los terneros. Muchos experimentan extrema crueldad y son alimentados con granos, maíz y harinas.
Son obligados a comer sin parar. Los terneros son separados de las vacas y permanecen con cadenas cortas cerca del comedero.
Carolina Gómez Mena
sab, 11 mayo 2019 11:38 UTC
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