La Fundación Bill&Melinda Gates financia un proyecto para demostrar que una sesión de diez minutos en los testículos mantiene infértil al varón durante seis meses.
La ciencia mira al pasado. Los antiguos egipcios fueron los primeros en recurrir al calor para frenar la acción fertilizadora de los espermatozoides. Lo hacían colocando piedras calientes sobre los testículos. Con esa misma idea de partida, y con un método menos rudimentario, la Universidad de Carolina busca un método anticonceptivo eficaz y seguro que convenza a la población masculina. Eficaz y ¿seguro?
Dayton y Tsuruta ya han demostrado que pueden reducir el esperma testicular recurriendo a las ondas de ultrasonido que utilizan los fisioterapeutas. Una vez que los testículos han terminado de fabricar espermatozoides y todas las reservas han sido reducidas al mínimo, es imposible tener capacidad para concebir, aseguran. El proyecto para el que tienen financiación debe demostrar ahora que, además de ser eficaz, es seguro. El problema es la cantidad. Grandes dosis de ultrasonidos pueden generar una esterilidad irreversible. De ahí, todas las cautelas.
«Nuestro objetivo es demostrar que es un método económico, eficaz a largo plazo, reversible y adecuado para usar en los países desarrollados», dice Tsuruta.
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