Ajo, cebolla, vino, tomates, té verde y granada. A los que pueden sumarse la cúrcuma, el selenio, la fibra y la quercetina.
El oncólogo David Khayat añade algo que no se come: el ejercicio físico.
El oncólogo David Khayat añade algo que no se come: el ejercicio físico.
Se puede comer de todo, eso sí con "moderación y diversificación", pero en una dieta que sirva para prevenir el cáncer no pueden faltar el ajo, la cebolla, el vino, los tomates -mejor en zumo o salsa-, el té verde y la granada. Lo asegura un experto en la materia, el oncólogo francés David Khayat.
De nada sirve comer verduras, frutas, legumbres..., si luego nuestros hábitos de vida no son saludables"Seis anticancerígenos de una lista de diez -"indispensables", según Khayat- que se completa con la cúrcuma, el selenio, las fibras alimentarias, por facilitar el tránsito intestinal, y la quercetina, presente en alcaparras, cacao, pimentón y apio.
El oncólogo francés cierra su lista con algo que no se come y que los médicos no se cansan de repetir: ejercicio físico con regularidad.
Director del Instituto Nacional del Cáncer de Francia y toda una eminencia, dentro y fuera de Francia, Khayat es autor de "La biblia contra el cáncer" (Editorial Temas de hoy), un libro que llega a España tras batir récords de ventas en otros países europeos.
Vivimos más y con peores hábitos
El cáncer puede afectar a uno de cada dos hombres y a una de cada tres mujeres: "El riesgo de desarrollar un cáncer es cada día más alto. La herencia genética interviene en apenas el cinco por ciento de los casos. A medida que nuestras sociedades se desarrollan aumenta el número de enfermos, porque vivimos más y, sobre todo, porque nuestros hábitos de vida no son precisamente saludables", cuenta Khayat.
La dieta mediterránea es un modo de vida que está desapareciendo. En España, ha sido brutal"La "biblia" de Khayat no sólo habla de qué y cuánto debemos comer. También se atreve con otros consejos "saludables" para prevenir y combatir la enfermedad y que, en general, hacen referencia a hábitos de vida que están desapareciendo de la cultura mediterránea.
"De nada sirve -comenta- que comamos mucha verdura, frutas, legumbres, pan..., si luego nuestros hábitos de vida no son saludables, si cada vez somos más sedentarios o se fuma más. La dieta mediterránea no es sólo comida, es también un modo de vida que está desapareciendo". En España, dice, el cambio ha sido "brutal".
En su afán por desmontar mitos sobre el cáncer, Khayat advierte de que ni el pescado es "tan bueno" como se ha dicho hasta ahora, ni la carne roja "tan mala". Tampoco consumir cuatrocientos gramos diarios de frutas y verduras son una garantía para reducir el riesgo de desarrollar un cáncer de boca, esófago, colon.
Las excelencias de la merluza y el pollo
Según las teorías de Khayat es buena la merluza, mucho menos el atún rojo, el pez espada, el salmón, fresco o de piscifactoria, o el fletán, dados sus altos índices de contaminación por metales pesados como el plomo, el mercurio o el cadmio, y por tener sustancias cancerígenas de nivel uno, el máximo, como las dioxinas o el piroleno.
Por el contrario, es "muy bueno" comer pollo, no tanto carne a la parrilla, "siempre y cuando se abuse de ella", también "muy buenos" los huevos o las lentejas, "excelente" el tomate, sobre todo para los hombres, como también son saludables la granada, el plátano y las uvas, además del arroz.
El cáncer, asegura Khayat, "ya no es sinónimo de muerte". La mayoría de los pacientes se curan y, los que no, viven más tiempo con los nuevos tratamientos: "Los que mueren rápido son cada vez menos". En cualquier caso, el oncólogo no quiere pecar de optimismo y deja bien claro que la victoria sobre tan temido enemigo "será un proceso largo, muy largo. No veremos el final -afirma- ni en cinco ni en diez años".
No hay comentarios:
Publicar un comentario