La información sobre la zona de captura y el origen de la materia prima es un dato que no tendrá por qué figurar en la etiqueta de una lata de conservas o de un producto transformado si finalmente lo que incluye el informe Stevenson -aprobado ayer por la Eurocámara en Estrasburgo-, sobre la nueva Organización Común del Mercado (OCM) de los productos de la pesca y la acuicultura, se impone en el proceso de codecisión entre el Parlamento y la Comisión Europea.
La supresión de la referencia a la procedencia del producto ha prosperado a raíz de una enmienda presentada por la eurodiputada gallega Carmen Fraga, que subrayó que la obligación de incluir la zona de captura propuesta por el Ejecutivo comunitario había causado una alarma generalizada en la industria de transformación de toda Europa y, sobre todo, de Galicia porque complicaba la producción de conservas de atún.
Ocurre que en las latas se introducen túnidos de todos los mares del mundo, por lo que, para cumplir la reglamentación, tendrían que comercializar lotes muy individualizados, según la procedencia del producto, que generaban un coste añadido inasumible para la industria y sin aportar nada relevante al consumidor.
Ocurre que en las latas se introducen túnidos de todos los mares del mundo, por lo que, para cumplir la reglamentación, tendrían que comercializar lotes muy individualizados, según la procedencia del producto, que generaban un coste añadido inasumible para la industria y sin aportar nada relevante al consumidor.
Pero lo que para la eurodiputada popular es un avance se convierte en un hándicap a ojos de los nacionalistas. Ana Miranda, del BNG, criticó que se escatime ese dato al consumidor, impidiendo que conozca si el producto que hay en la lata procede de Galicia, de China, Vietnam o Chile. Al entender de Miranda, esa supresión del origen da pie a que conservas de terceros países se aprovechen del prestigio de los productos gallegos. Y, en el caso concreto del mejillón, la exoneración de la procedencia impide hacer valer la denominación de origen que tiene el de Galicia, cuando, por otra parte, el reglamento de la OCM refuerza como garantía de calidad.
¿Desembarco o captura?
Otra brecha abierta entre populares y nacionalistas y socialistas afecta a la fecha del producto que se comercializa fresco. Prosperó una enmienda de Carmen Fraga para que la etiqueta del pescado especifique con carácter obligatorio la fecha de desembarque, en lugar de la de captura, dato que adquiere un carácter voluntario. Para Ana Miranda y para el socialista Antolín Sánchez Presedo eso perjudica a la pesca costera artesanal: «Se trata de un obstáculo para que la pesca de pequeña escala pueda poner en valor sus productos», dijo el eurodiputado del PSOE.
Información al consumidor final
Más polémico es un tercer aspecto: el dato de si el pescado ha sido descongelado. El texto aprobado postula que no haya que especificarlo en el caso de que el producto sea transformado y sí cuando se ponga a la venta en el comercio al por menor. Sin embargo, la compleja redacción de la enmienda, también aportada por Carmen Fraga, despierta dudas sobre la obligación de especificar o no en los lineales de las pescaderías si el producto ha estado descongelado. Sucede que entre los reglamentos y anexos que se citan en la enmienda permiten no especificar esa información si se trata de alimentos «a los que la descongelación no afecta negativamente en cuanto a su seguridad o calidad».
Para harina, no para beneficencia
La Eurocámara no aceptó la alegación de Fraga para que los descartes puedan ser empleados con fines benéficos y deben ir exclusivamente para harina de pescado. Para la eurodiputada gallega, «en los tiempos que vivimos parece totalmente inmoral».
ESPE ABUÍN
Fuente: lavozdegalicia.es
Son las noticias más beneficiosas que haya leido gracias por preocuparse por la salud de los demás, suerte y adelante con su misión.
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