“Huertos, jardines y otras hierbas” es el título de la revista impresa The Ecologist nº 54 que dedica un monográfico a un tema mucho más trascendente de lo que parece porque más allá de un hobby verde o un trabajo agrario, lo que sale de la tierra influye en nuestra salud, el modelo alimentario, tipo de sociedad e incluso en los genes* de las próximas generaciones.
Huerto terapeútico, huerto medicinal, huerto pedagógico, relocalización económica, autosuficiencia, y más son los temas que podemos encontrar en esta publicación.
The Ecologist se vende por 4 euros en numerosos quioscos en España y online y permite la lectura de 4 artículos en abierto. A continuación publicamos dos interesantes textos de las revista sobre la EPIGENÉTICA y las diferencias sociales en la alimentación, el índice y los enlaces a los artículos gratuitos:
*EPIGENÉTICA: Somos lo que comemos
¿Por qué las niñas alcanzan cada vez a una edad más temprana la pubertad? ¿Influye la alimentación en el incremento de infartos, cáncer y diabetes? ¿Lo que comemos o el tipo de vida que llevamos puede alterar nuestros genes? Estas y algunas otras preguntas son las que se trataron de responder en el programa La Noche Temática que La 2 emitió el pasado 08/09/2012, un programa titulado: “Reprogramados por la comida“. En él se incluyeron dos documentales que nos acercan a la relación que existe entre alimentación y genética: Epigenética: cómo la alimentación altera nuestros genes y El filete clónico.
Resumiendo: Lo que comemos influye en nuestra salud. A veces para el resto de nuestra vida, como demuestra la epigenética. Los estudiosos de la epigenética se muestran muy partidarios de la alimentación como solución a muchos problemas que nos asolan en el ámbito sanitario.
El propio Mariano Bueno nos señaló esto recientemente: “Como expongo en mi último libro, Cultiva tus remedios, los recientes estudios en epigenética muestran que más del 80% del contenido de nuestros genes trabajan sobre códigos mutables y adaptativos; por lo que las plantas que crecen en el mismo entorno en el que nosotros vivimos sintetizan sustancias (antioxidantes y bioflavonoides) que les permiten adaptarse al entorno y protegerse de los agresores ambientales.
Cuando nosotros comemos plantas que han crecido en el balcón, la terraza, el jardín o el huerto de casa, eas plantas -aparte de nutrientes de calidad- nos aportan sustancias específicas que protegen nuestro organismo o que actúan como vacunas que nos ayudan a hacer frente a las agresiones del entorno, por lo que resulta una práctica muy saludable, sobre todo para las personas que viven en entornos urbanos muy contaminados”.
Come local y de temporada… …Y más si eres pobre
Los alimentos más procesados, desvitalizados, insalubres y con más químicos, procedentes de la tecnoalimentación industrial, tienen diferentes efectos en las dietas de los pobres y en las de los ricos. Las dietas de personas con bajo poder adquisitivo y pocos recursos culturales en USA parecen contener un exceso en almidones, grasas y azúcares y también se observan carencias en algunas o todas las proteínas, vegetales y frutas, y en productos lácteos, según un estudio sobre la pobreza en los Estados Unidos.
Este estudio también señalaba que “la gente acomodada puede permitirse tanto la comida basura como la más nutritiva, ecológica, de temporada y local; las personas con menos recursos económicos y culturales rara vez optan por alguna de las dos, siempre se quedan con la dieta basura”. En USA, donde buena parte de la población tiene unos recursos culturales muy endebles, se opta, más en el caso de las clases más endeudadas, por hábitos alimentarios realmente muy autodestructivos.
Vean Fitchen, J. M., Hambre, malnutrición y pobreza en los EE. UU. Contemporáneos: Algunas observaciones sobre su contexto socio-cultural Food and Foodways 2, 1988. Inmunidad e impunidad
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