Mientras que San Francisco recientemente marcó precedente prohibiendo la venta de agua enbotellada, México es el principal consumidor de agua embotellada en el mundo, y, según Beverage Marketing Corporation, en solo cuatro años aumentó 40 por ciento su ingesta.
En esa nación, cada familia destina mil 800 pesos anules para comprar este producto, a pesar de que casi la mitad de su población vive en pobreza según cifras del Coneval.
Alejandro Calvillo, miembro de la ONG “Poder al Consumidor”, advierte que las empresas obtienen un exorbitante 5,000 por ciento de ganancias por la venta de agua embotellada. Según el luchador social, Coca-Cola Femsa paga 2 mil 600 pesos por cada una de las 46 concesiones de explotación de aguas subterráneas al año, y tan sólo en 2007 tuvo ganancias por 32 mil 500 millones de pesos.
Lo anterior se traduce en un monumental abuso, pues los recursos acuíferos son explotados a un costo irrisorio y a pesar de la contaminación generada por el desecho de las botellas y el desgaste de los mantos freáticos.
Las ventas actuales del líquido embotellado en México son de 26 mil 32 millones de litros al año, de los cuales, se estima, 18 mil 222 millones fueron comercializados en garrafón y 7 mil 809 millones –30 por ciento– en botellas individuales, reveló el diario La Jornada.
En México al día son desechadas 21.3 millones de botellas PET. Y este 2013 desbancó con 20 por ciento más de consumo a Italia, quien el año pasado ocupó el primer sitio. También sobrepasó a Estados Unidos con el doble de adquisición. Algunos analistas consideran que el incremento sugiere, además de la desconfianza en la potabilidad del agua, un fenómeno que involucra una moda y una evidente falta de conciencia ecológica que contrasta con la prohibición de venta de agua embotellada que afortunadamente ya comienza a implementarse en algunos países.
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