A veces se tiene la creencia de que las dolencias emocionales nada tienen que ver con las físicas o que de hecho no es comparable tener un dolor físico con uno que tenga que ver con los sentimientos y lo emocional. Pero ¿qué sucede cuando una dolencia emocional deriva en una alteración física? ¿cómo se pueden llegar a relacionar? ¿realmente un dolor emocional es capaz de provocar un dolor físico?
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A todos nos ha afectado algo a nivel emocional, ya sea algo bueno o alo malo y en nuestra modo de ser o actitud está el que puede que nos acabe pasando factura o no, con el físico. Cuando una emoción es negativa, como por ejemplo esta ante una ruptura o una perdida, puede que ese dolor haga que a nivel físico nuestro cuerpo se resienta.
Es más dos personas que tengan el mismo sufrimiento emocional puede que no reaccionen físicamente de la misma forma y también una dolencia física se puede desarrollar o afrontar de distinta manera dependiendo de nuestro estado de ánimo.
Si cogemos enfermedades como la fibromialgia o el cáncer se ha demostrado que el aprender a gestionar las emociones y encontrar en ellas un equilibrio, nos lleva a tener sentimientos positivos en lo que respecta a la recuperación del paciente.
Las enfermedades son alteraciones de nuestro propio organismo, y aunque las personas se constituyen de un cuerpo físico y de una mente (que tiene que ver con las emociones y el raciocinio) es la unión de ambos lo que hace que el organismo funcione correctamente.
Así podemos decir que igual de importante será atender a nuestra dolencia física como el hecho de atender o procurar entender cuáles son nuestras emociones y que nos permitirán combatir cualquier tipo de dolencia.
Entonces debemos “prevenir” y para ello hay que cuidarse emocionalmente y físicamente de modo que cuando nos tengamos que enfrentar a una dolencia emotiva o del cuerpo, podamos responder ante ella de manera más positivia.
Junto a lo explicado podemos ver además como algunos órganos suele verse afectados de manera directa cuando estamos pasando un mal momento emocional.
HÍGADO: Suele vincularse a la ira, el estrés, el enfado y la agresividad
CORAZÓN E INTESTINO DELGADO: Se relaciona con la euforia, histeria, excitación, hipersensibilidad y nerviosismo.
ESTÓMAGO, BAZO Y PÁNCREAS: Se relacionan con la ansiedad, la duda, el escepticismo y los celos.
PULMÓN E INTESTINO GRUESO: Se relacionan con la falta de comunicación, el exceso de autoridad y el dominio sobre los demás.
RIÑÓN Y VEJIGA: Se relaciona con el miedo, la falta de autoestima, la timidez y la desesperanza
Vía: Barcelonaalternativa
Escrito por blanca (síguele en Google+)
http://depsicologia.com/como-relacionamos-una-dolencia-emocional-con-una-alteracion-fisica/
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