AFP/AFP - Una planta de cannabis en una casa de Montevideo, Uruguay, el 25 de abril de 2014
El gobierno uruguayo anunció el lunes que la reglamentación del uso médico de la marihuana, todavía en elaboración, prevé utilizar la droga en afecciones neurológicas cuando el modo tradicional fracase y para tratar el dolor crónico.
La próxima reglamentación del uso medicinal de la droga abre una nueva instancia de un proceso que comenzó en diciembre pasado, cuando el Congreso aprobó una ley que legalizó el mercado cannábico y continuó en mayo reglamentando el consumo recreativo de la marihuana.
"Lo que se plantea es (el uso) en algunas afecciones neurológicas en las cuales los tratamientos tradicionales fracasan, (como) el caso de la epilepsia refractaria", señaló el viceministro de Salud Pública, Leonel Briozzo, a periodistas.
También se prevé el uso del cannabis "en algunos casos muy seleccionados del tratamiento de dolor crónico en el cual la morfina, que es la principal droga desde hace mucho tiempo que tenemos que trabajar en cuidados paliativos, tampoco mejora. Y hay algunas otras indicaciones como mejorar las condiciones frente al uso de quimioterápicos", agregó el galeno.
Briozzo explicó que las recomendaciones se enviaron a la Junta Nacional de Drogas y al Instituto de Regulación y Control del Cannabis (IRCCA), que será quien defina la reglamentación.
La norma que convirtió en diciembre pasado a Uruguay en el primer país en controlar el mercado del cannabis y sus derivados legalizó el uso recreativo de la sustancia, pero también el medicinal, farmacéutico y cosmético, además del cáñamo industrial.
Por ahora el gobierno solo ha aprobado la reglamentación del uso recreativo de la marihuana, lo que permitió poner en marcha este experimento inédito promovido por el presidente José Mujica y observado con atención por el mundo.
La semana pasada el IRCCA informó que una veintena de empresas, la mitad extranjeras, se presentaron al llamado del gobierno para producir la marihuana que será vendida en farmacias para uso recreativo, a partir del año próximo.
A partir del anuncio, el IRCCA cuenta con unos 15 días para evaluar las propuestas y elegir a un máximo de cinco postulantes a los que otorgará una licencia, por hasta cinco años, para producir y distribuir entre una y dos toneladas anuales de cannabis psicoactivo para su venta en farmacias.
La apertura de las propuestas de las empresas ocurrió un día después que comenzara a funcionar el registro de autocultivadores, que inscribió a 54 personas en sus primeros dos días de funcionamiento.
Se estima además que en unos diez días se lanzaría el registro de clubes cannábicos, que podrán contar con entre 15 y 45 socios.
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