El crecimiento de las células en el cuerpo está estrechamente regulada. Varios factores de transcripción y mecanismos moleculares aseguran que las células sólo deben crecen y dividirse cuando sea necesario.
Pero las células cancerosas son muy diferentes al resto de nuestras células. Algo en el mecanismo de regulación falla y estas células cancerosas comienzan a crecer y a dividirse rápidamente.
Las células cancerosas comienzan a robar energía a partir de la sangre para, a continuación, conseguir aprovecharse de todos los tejidos que las rodean para lograr un rápido crecimiento.
Un descubrimiento interesante sobre el metabolismo de las células cancerosas demostró que la mayoría de ellas necesitan únicamente glucosa de la sangre como fuente de combustible. A esto se llama el efecto Warburg.
Las células cancerosas carecen de flexibilidad metabólica
Las células normales del cuerpo tienen cierta flexibilidad metabólica. Si la insulina está baja pueden empezar a utilizar los ácidos grasos o los cuerpos cetónicos para proporcionar energía. Pero la mayoría de las células cancerosas son incapaces de hacer esto. Las células cancerosas necesitan glucosa.
Esto ha llevado a pensar si una dieta restringida en carbohidratos puede reducir el combustible disponible para las células cancerosas, consiguiendo así privarlas de nutrientes y acabar con ellas. Podría ser de gran ayuda junto con otras terapias más convencionales como la radioterapia y la quimioterapia.
Pero es importante darse cuenta de que aunque la ingesta dietética de glucosa fuera baja, en el cuerpo todavía se produce glucosa vía gluconeogénesis, y las células cancerosas son particularmente eficientes a la hora de conseguir esa poca glucosa disponible en la sangre.
Esto quiere decir que una dieta limitada en carbohidratos no dejará a las células cancerosas sin nutrientes de los que alimentarse pero podríamos reducir su combustible disponible, y seguir obteniendo bastante energía para nuestras células sanas del cuerpo a través de los ácidos grasos y los cuerpos cetónicos.
Las dietas bajas en hidratos de carbono también conducen a niveles más bajos en la circulación de hormonas como la insulina y el IGF-1. Esto puede provocar que las células cancerígenas reciban menos señales para seguir con su crecimiento y división.
Además, los cuerpos cetónicos han demostrado inhibir el crecimiento de células cancerosas en cultivo (1)
Se trata de un concepto interesante, por eso actualmente las dietas cetogénicas están siendo estudiadas como posibles tratamientos para el cáncer, junto con otros tratamientos convencionales.
Investigación actual sobre dietas bajas en carbohidratos, dietas cetogénicas y cáncer.
Hace poco tiempo se realizó un estudio con 10 pacientes con cáncer avanzado. Los pacientes realizaron una dieta cetogénica, con muy bajo contenido en carbohidratos, durante 28 días.
Tras realizar un PET (tomografía por emisión de positrones), se pudo ver que 4 de los pacientes vieron progresar la enfermedad, mientras que 5 de ellos se mantuvieron estables y 1 se benefició de una remisión parcial.
Los pacientes que tuvieron la mejor respuesta metabólica a la dieta (es decir, insulina más baja y niveles más altos de cuerpos cetónicos) fueron los que se beneficiaron de la mayoría de las mejoras.(2)
El caso de dos niñas con cáncer cerebral
En 1995 se publicó un informe sobre el caso de dos niñas con cáncer cerebral.
Después de 7 días siguiendo una dieta cetogénica, los niveles de glucosa en la sangre disminuyeron y la absorción de glucosa en el lugar del tumor se redujo en un 21,8%.
Una de las chicas sufrió una mejoría significativa en los síntomas y la enfermedad no progresó durante los siguientes 12 meses.(3)
Calidad de vida de los pacientes con cáncer
En un estudio en el que participaron 16 pacientes con cáncer en etapas avanzadas,una dieta cetogénica mejoró su calidad de vida y detuvo la progresión del cánceren los 5 pacientes que completaron el estudio de 12 semanas de duración. (4)
Más vale prevenir.
Muchos tipos de cáncer se asocian con otras enfermedades de la civilización como obesidad y diabetes.
Dado que las dietas bajas en carbohidratos pueden, en muchos casos, mejorar drásticamente e incluso curar algunas de estas enfermedades, no se necesita un gran esfuerzo para imaginar cómo este tipo de dietas puede reducir las posibilidades de desarrollar cáncer más adelante en nuestras vidas.
Los niveles elevados de azúcar, insulina y IGF-1 en sangre, son factores de riesgo para el cáncer y se mejoran siguiendo una dieta cetogénica baja en carbohidratos.
Hay que seguir investigando.
El cáncer es algo odioso. Ya puedes extirparlo, irradiarlo o sobrecargarlo con fármacos que, de alguna manera, ya se las arreglará para sobrevivir y seguir propagándose.
Las dietas cetogénicas pueden llegar a ser un arma útil en la lucha contra esta terrible enfermedad pero es demasiado prematuro realizar recomendaciones sobre la base de las investigaciones actuales.
Comentario: No podemos más que indignarnos con consejosdietéticos.com ante su poca contundencia sobre los beneficios de las dietas cetogénicas, alegando la falta de investigación. ¡¡¡Sandeces!!!!
http://es.sott.net/article/33302-Dieta-cetogenica-y-cancer
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