La presencia de ADN humano en vacunas pediátricas, que se administran antes de los dos años de vida, comporta un riesgo incalculable en la salud pública. Sabíamos de la terrible práctica de aplicar y usar tejido fetal vivo o recién muerto en la fabricación industrial de las vacunas. La novedad es la prueba científica de que este ADN inyectado pasaría a formar directamente parte de nuestra propia hélice de ADN, alterando irreparablemente nuestra propia naturaleza y afectando para siempre nuestro nivel de salud.
Compartimos esta importante entrevista con la Dra. Isabel Bellostas realizada en CANVI.ORG para informarles de este grave problema respecto a la salud de nuestros Niños. En enero próximo han anunciado introducirán de nuevo, tras su retirada hace dos años, la vacuna de la varicela.
La Dra Isabel apoyada en investigaciones de la Dra. Theresa Deisher nos pone al tanto de la grave situación actual y venidera, de los riesgos posibles y de la falta de información con que la población, en un área de suma importancia como es el de la salud pública de nuestros niños y mayores, es vacunada. Los intereses comerciales van más allá de la ética y la consciencia.
La Dra. Theresa Deisher, médico católica provida norteamericana y con un cv extensísimo, con más de 30 patentes en biotecnología que incluyen las primeras stem cells cardiacas y fundadora de la única industria farmacéutica que no usa tejido fetal abortado criminalmente, Sound Choice Pharmaceutical Institute (SCPI), en sus estudios sobre la etiología del autismo en colaboración con las universidades de Seattle y Portland, expuestos ante al menos una comisión gubernamental de los EEUU, ha encontrado que el factor ambiental más ligado a los puntos de inflexión (al alza) de la curva de incidencia del autismo en los EEUU es la presencia de ADN humano en vacunas pediátricas que se administrar antes de los dos años de vida, edad en que se espera el cierre de la barrera hematoencefálica en un desarrollo normal.
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