El silencio es hoy en día uno de los grandes desconocidos de la inmensa mayoría de los seres humanos. Es quizás una maravillosa parcela de nuestro ser, que hemos ido desterrando de nuestro modo de vivir hasta condenarlo al total ostracismo.
Esto es todavía mucho más acuciante entre los habitantes de las grandes ciudades frente a los que residen en zonas rurales, donde la contaminación sonora es bastante menor.
Llegar a casa y poner la radio, la televisión o internet, simplemente para que hagan compañía son tres casos de algunos de nuestros colaboradores en nuestra huida del mundo de los silencios.
Hasta cuando mantenemos una conversación con alguien, un breve instante con un silencio puede provocar en nosotros un momento de incomodidad que no deseamos ni a nuestro peor enemigo. Ese silencio lo rompemos con celeridad diciendo la primera cosa que se nos pasa por la cabeza. ¿Te suena?
Y si me permites, quiero decirte que actuando de esta forma nos estamos perdiendo un desafiante y hermoso viaje espiritual.
Necesitamos el silencio como el aire que respiramos, porque si nuestras mentes están repletas de ideas, pensamientos y palabras, no queda espacio para nosotros mismos.
¿Has notado que cuanto más piensas más confusa se muestra tu mente, tu cuerpo está más cansado y tu corazón no tiene la alegría que te gustaría que tuviese?
Esto es debido a que pensar gasta mucha de nuestra energía personal y, aunque es muy útil en determinados momentos y hasta cierto punto, más allá de ese punto se convierte en algo que nos agota y que resta más que aportarnos beneficios.
Principales beneficios del silencio:
Se segregan endorfinas, hormonas asociadas a incrementos en los niveles de felicidad, y serotonina, neurotransmisor asociado a la serenidad espiritual y a la paz.
Regula y equilibra el sistema hormonal, nos lleva a la relajación que es buena para mejorar la motivación, la memoria y el aprendizaje.
Reduce el estrés y la tensión y refuerza el sistema inmunológico. Cuando estamos sometidos a ruidos y estrés, en donde segregamos cortisol, hormona que puede producir la bajada de nuestra defensas.
Ayuda al desarrollo de la creatividad. Durante el silencio y momentos de tranquilidad se activa el hipocampo, zona en la que se integran las emociones y la memoria, y con ello la imaginación y la fantasía. Asimismo la claridad de ideas es mucho mayor.
Ayuda a regenerar conexiones entre neuronas afectadas por la exposición a un ruido excesivo según un estudio efectuado por la universidad de Duke en el año 2013.
Cómo lograr un silencio regenerador en nuestra vida
Estar en silencio por decir que lo hemos conseguido no nos aportará ninguno de los beneficios del silencio anteriormente descritos. Tiene que ser un silencio trabajado en el que nuestro objetivo sea la búsqueda de un estado de consciencia en el momento presente. Y con cinco o diez minutos basta.
Tenemos que alejar nuestra mente del día a día, sin seguir pensando en los problemas cotidianos, sin pensar en lo que vamos a hacer una vez que termine ese pacto de silencio.
Para ello, si acompasamos la respiración y logramos descender su ritmo y dejamos pasar los pensamientos sin detenernos en ellos, la percepción del silencio y sus beneficios empezarán a abrazarnos de una forma directa pero a la vez sutil.
Tradicionalmente el rezo y la meditación han estado asociados a estos momentos de silencio. Busca una sencilla guía de meditación y notarás que con práctica disfrutar del silencio cada vez es más fácil y apetecible en tu día a día.
¿Cuál es entonces el auténtico significado de silencio?
Si quieres una definición formal quizás debamos mirar esta en la wikipedia, aquí estamos buscando un significado del silencio desde el corazón.
El silencio es un atajo para acceder a comunicarnos con nosotros mismos. Es posar nuestro vuelo mental llegando a un paraje de quietud interna, donde nuestra conciencia se agiganta y nos permite observar con tranquilidad.
No necesitamos estar todo el día pensando para conocernos más ni para estar en paz. Lo único que necesitamos es adentrarnos dentro de nosotros y prestar más atención al silencio que al ruido.
El silencio es un maravilloso regulador de nuestras emociones y por ende de nuestra vida. Si queremos mejorar nuestros hábitos de inteligencia emocional para una vida más feliz, el silencio debe jugar un papel estelar en nuestras prioridades. ¡Dale una oportunidad!
2 febrero 2017, El Lector Alternativo
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