Algunos factores como el embarazo, los problemas dentales y ciertos medicamentos pueden alterar significativamente la capacidad para percibir correctamente los olores.
Las alteraciones del olfato más comunes son la anosmia, hiposmia, parosmia y fantosmia.
Son nombres poco conocidos para la mayoría de las personas, ya que, en general, no son trastornos recurrentes o muy extendidos dentro de la población.
Sea como fuere, las alteraciones del olfato más comunes restan calidad de vida. La posibilidad de percibir los olores no solo influye en la capacidad para detectar los sabores, sino que también constituye una vía para captar señales de alerta frente a situaciones peligrosas.
Según las investigaciones disponibles, las alteraciones del olfato más comunes se presentan con mayor frecuencia entre las personas de edadavanzada. Se estima que casi una cuarta parte de los hombres entre los 60 y 69 años tiene uno de esos trastornos. En las mujeres la proporción es del 11%.
El sentido del olfato es una estructura compleja y única. Junto con el gusto, forma parte del sistema químico-sensorial.
Funciona gracias a la presencia de unas células especializadas que se llaman neuronassensoriales olfativas. Se encuentran en la parte superior de la nariz y están conectadas con el cerebro.
Los olores llegan a estas neuronas por medio de dos vías. La primera son las fosas nasales, que captan un olor directamente. La segunda es el canal que conecta la zona superior de la garganta con la nariz. Por eso al comer también se perciben aromas.
Cuando el sistema se bloquea por alguna razón, se pierde la capacidad para percibir correctamente los olores. Esto incide en el sentido del gusto: los sabores tampoco se perciben adecuadamente. Y puede ser peligroso, ya que, por ejemplo, no se detecta una fuga de gas, o una combustión imprevista, etc.
Clasificación de las alteraciones del olfato más comunes
Primero que todo se debe decir que, en general, las alteraciones del olfato más comunes afectan la percepción de todo tipo de olores. Solo en muy raros casos resulta afectado un solo olor. No hay una clasificación universal para las alteraciones del olfato más comunes. Sin embargo, lo habitualmente aceptado es que se clasifique de la siguiente manera:
Anomalías cuantitativas. Son las que tienen que ver con la disminución, incremento o eliminación en la percepción de los olores. Comprenden, básicamente, la hiposmia, la anosmia y la hiperosmia.
Anomalías cualitativas. Se caracterizan por la distorsión o ilusión en la percepción olfatoria. Las principales son la parosmia, la disosmia, la cacosmia y la osmofobia.
A su vez, los trastornos olfativos cuantitativos se clasifican en:
Trastornos de transmisión. Cuando hay obstrucción u obstaculización de la vía aérea que impide la llegada de los estímulos a los receptores quimiolfatorios.
Trastornos perceptivos. Cuando lo que está afectado es la vía nerviosa que transmite los estímulos olfativos.
Trastornos mixtos. Es una combinación de los dos anteriores.
La anosmia y la hiposmia
Las alteraciones del olfato más comunes son la anosmia y la hiposmia. La anosmia hace referencia a una dificultad total para percibir los olores. Cuando la pérdida de esta capacidad es solo parcial, se denomina hiposmia.
La anosmia casi siempre es una consecuencia de las enfermedades obstructivas de las vías respiratorias, infecciones en las mismas o traumatismos cráneo-faciales. Solo en muy pocos casos es fruto de una condición hereditaria.
Las anosmias se clasifican en: anosmia de origen nasal, epitelial olfatoria y central. Esta clasificación está relacionada con el lugar en donde se origina el problema. Como ya se indicó, la hiposmia tiene las mismas características, pero no da lugar a una pérdida total de la capacidad de percibir los olores.
Otros trastornos
Otra de las alteraciones del olfato más comunes es la parosmia. Esta corresponde a la percepción de un olor que no existe, o a la captación errónea de un olor. A la percepción de un olor inexistente también se le llama comúnmente “alucinación olfativa”.
Las alucinaciones olfativas se presentan cuando hay enfermedades que afectan al sistema nervioso central, como la sífilis, los tumores cerebrales o la diabetes. También pueden presentarse durante el embarazo, como efecto de los cambios hormonales.
Por su parte, la captación errónea de los olores se produce cuando hay cuerpos extraños en la nariz. También en caso de sinusitis crónica, amigdalitis, bronquitis y en algunas enfermedades hepáticas o gástricas. La mayoría de estos trastornos son tratables y curables.
Edith Sánchez 11 septiembre, 2018
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