Ayer fue el Día Mundial Contra el Cáncer. Como es habitual, se sucedieron las noticias en los grandes medios de comunicación y los «anuncios» de las farmacéuticas en las redes sociales (aunque no pueden hacer publicidad directa de fármacos aprovechan y meten su cuña publicitaria difundiendo sobre la enfermedad). También pudimos asistir al espectáculo del solucionismo y al ministro de Ciencia, Pedro Duque, decir con grandilocuencia:
Queda mucho por hacer, pero la ciencia ganará la batalla«.
El caso es que no hay batalla contra el cáncer y la ciencia bastante tiene con avanzar poco a poco en el conocimiento de la enfermedad. Hay un artículo muy bueno que lo explica. Se llama Metáforas peligrosas: el cáncer como lucha:
Si el cáncer se vence, si los pacientes luchan, si hay una batalla que librar, si, en definitiva, el cáncer es una guerra, entonces envuelta en la metáfora se nos está colando subliminalmente la noción de que la muerte o la convalecencia son formas de fallar, de rendirse, de perder. De fracasar, al fin y al cabo».
Y, entre otras cosas, si es una batalla más nos vale emplear otras armas para su combate porque solo uno de cada cuatro medicamentos antineoplásicos sirve, es eficaz.
Hace unos meses las Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un informe, independiente, sobre el precio de los fármacos para el cáncer y su impacto.
Dicho trabajo levantó un gran revuelo porque, en palabras de los profesionales sanitarios de No gracias, que lo comentan en estas líneas,
amenaza el truculento negocio de la industria con los enfermos más vulnerables, al solicitar la creación de un listado de antineoplásicos esenciales con unos criterios mucho más exigentes que los utilizados hasta el momento por las agencias reguladoras«.
Con estos criterios, aproximadamente tres cuartas partes de los nuevos antineoplásicos no deberían utilizarse por motivos éticos y de eficiencia y, por tanto, no deberían ser financiados. La realidad sobre esta enfermedad es muy diferente de la que ayer pudimos ver en la prensa:
La mayoría de los pacientes que viven con cáncer en el mundo no reciben ninguna atención oncológica oportuna, incluyendo el tratamiento farmacológico. Además, cuando se proporciona tratamiento, es frecuente que la terapia no sea la más apropiada o segura. Otros pacientes que viven con cáncer reciben una intervención oportuna, pero el tratamiento es muy básico…
Por último, una proporción mucho menor de pacientes con cáncer reciben atención oncológica de vanguardia, incluyendo el uso de nuevos medicamentos antineoplásicos de alto costo. La mayoría de estos pacientes viven en países de altos ingresos o pertenecen al grupo socioeconómico más alto».
En los últimos años hemos publicado sobre ello, la verdad es que existe una enorme especulación con el cáncer y sus tratamientos. Los fármacos usados para la enfermedad son carísimos y no tienen la eficacia esperada, como explican en ese informe de la OMS. Además, presentan muchos y graves efectos secundarios.
¿Sabéis que se pagan 600.000 euros en fármacos para el cáncer que sólo logran que la persona pueda vivir un mes más? ¿En qué condiciones además?
La mayor parte de esos medicamentos no aumentan ni la superviviencia al cáncer ni la calidad de la misma la mejora. La supervivencia del cáncer, exceptuando algunos cánceres y situaciones muy específicas se debe sobre todo a la mejora del diagnóstico, tratamiento quirúrgico, radioterápico y de soporte que al efecto de la quimioterapia.
En cada familia existe un testimonio dramático relacionado con el cáncer, en la mía también, varios. Entiendo que cada persona tiene un valor infinito pero ¿no es evidente que se está especulando con ello, jugando con el miedo que todos tenemos a la muerte y al cáncer en concreto?
Por Miguel Jar 5 de febrero de 2020
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