Un breve apretón de manos, el abrazo del oso, un masaje o incluso un inocente jugueteo con tu pareja en el dormitorio pueden ser la cura contra muchos de los males que nos acechan.
Abrazarse puede reducir la presión arterial y el estrés. (Foto: Fotolia)De hecho, el tacto es para muchos el último remedio medicinal para cuerpo y mente.Desde para bajar la presión arterial y la frecuencia cardíaca hasta para incentivar la función inmune y aliviar el dolor.
Si quieres obtener estos beneficios solo tienes que tocar o ser tocado, ya que el contacto directo con nuestros similares nos hace sentirnos más felices y menos ansiosos.
Pero todavía hay más. Y es que para 'acelerar' estos efectos saludables basta con unir tus manos con las de tu pareja. Así los demuestra una investigación llevada a cabo por James Coan, profesor de psicología en la Universidad de Virginia.
Durante la misma comprobó que el dolor y las molestias de un grupo de mujeres (sometidas a resonancias magnéticas funcionales) disminuían considerablemente.
La ansiedad que les provocaba la prueba quedaba reflejada en su actividad cerebral.Sin embargo, cuando las mujeres tomaban de la mano a los investigadores y sobre todo a sus maridos, el estrés desaparecía.
No obstante, sucedió algo aún más interesante. Cuando se demostraba que la relación iba bien y que ambos cónyuges eran felices, el más mínimo contacto reducía la actividad relacionada con el estrés en el hipotálamo (un área del cerebro que reduce los niveles de cortisol), así como en la parte del cerebro que registra el dolor.
Y es que reducir el estrés y estimular el sistema inmunológico son solo dos de los beneficios del contacto físico con la pareja.
Asimismo, otra investigación llevada a cabo con 36 parejas demostró que cogerse de la mano, abrazarse o simplemente acurrucarse al lado de otra persona repercute en nuestro bienestar.
Para demostrarlo se les animó por un lado a que se hicieran masajes en cuello, hombros y manos; y a enseñarles técnicas adecuadas que debían realizar 30 minutos tres veces por semana durante cuatro semanas.
Los datos finales indicaron que después de las sesiones tanto la presión arterial como los niveles de estrés en las parejas habían disminuido.
Por Monica De Haro
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