El último McDonald’s en Bolivia cerró sus puertas en el año 2002, y recientemente se añadieron artículos en la constitución del país para evitar que la cadena de comida rápida vuelva jamás.
Tristemente, es difícil imaginar una ciudad del mundo que no esté repleta de arcos amarillos señalizando hamburguesas y refresco. Pero si viajas a Bolivia no verás ni uno sólo de estos, ya que el último McDonald’s cerró sus puertas en el año 2002 y, desde entonces, la nación andina ha defendido su independencia en cuanto qué cadenas de comida rápida sirven a sus ciudadanos.
Lo curioso es que a los bolivianos les encantan las hamburguesas. Pero prefieren comprarlas a las miles de mujeres indígenas que las venden en las calles que a una compañía global.
Las personas se forman en la calle para comer hamburguesas. Es como un McDonald’s masivo, descentralizado, controlado mayormente por estas mujeres”, apuntó Tanya Kerssen, quien guía tours de soberanía alimenticia en Bolivia. “Miran con sospecha a estas entidades extranjeras, y con toda razón. Prefieren comprar y tener una relación con personas de su propio país y comunidad.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, ha llevado a su país a ser el primer país latinoamericano que no tiene McDonald’s en sus calles. Lo más importante de todo es que, cuando Bolivia reescribió su constitución en 2008, el país se aseguró de tomar medidas para proteger su soberanía alimentaria, o control local, de intereses extranjeros. No solo se añadieron doce artículos en cuanto al control local sobre el alimento, sino que en los siguientes cinco años, Bolivia también añadió dos leyes de resistencia a la agricultura industrial.
Por su parte, Morales habló públicamente en contra de las cadenas de comida rápida de los Estados Unidos. “Imponen sus costumbres y sus alimentos”, le dijo a la ONU. “buscan beneficiarse y básicamente estandarizar la comida que producen a gran escala, de acuerdo a la misma fórmula y con ingredientes que causan canceres y otras enfermedades”.
El fin del reino de McDonald’s en Bolivia coloca a la nación andina una selecta lista de países sin los arcos dorados del payaso Ronald, la cual incluye a Korea del Norte, Libia, Vietnam, Kazahstan y el Vaticano.
El fracaso de McDonald’s es también el fracaso de la globalización y el proceso de homogeneización cultural, como bien apuntó Morales, y el triunfo de la diversidad cultural y la identidad colectiva.
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