Los niveles de prolactina varían a lo largo de la vida. En la infancia son elevados y van disminuyendo hasta alcanzar los niveles de una persona adulta.
La prolactina es una hormona compuesta por varios péptidos, que se sintetiza principalmente por las células de la adenohipófisis.
Según se ha ido avanzando en el estudio sobre la fisiología y bioquímica de esta hormona, se ha descubierto que ejerce más de 300 funciones en distintos tejidos y órganos del cuerpo.
Dentro de esta funciones, podemos decir que las principales son la de producir leche en las glándulas mamarias y la de síntesis de progesterona en el cuerpo lúteo.
Cuando el bebé succiona el pezón durante la lactancia favorece la síntesis de mayor calidad de esta hormona. Se regula por una retroalimentación positiva.
Por otra parte, es una hormona que tiende a variar con facilidad, dados determinados factores que aumentan o disminuyen el estrés.
Funciones de la prolactina en el organismo
Dada la amplia distribución de los receptores de la prolactina en los mamíferos, esta hormona ejerce múltiples acciones en el organismo. Veamos las más estudiadas.
Reproducción
La prolactina desempeña un papel importante en el desarrollo tanto morfológico como funcional de la glándula mamaria, así como en la actividad secretora del cuerpo lúteo. De esta forma, afecta a las funciones reproductoras.
Gracias a la prolactina se pueden ramificar, crecer y desarrollar los ductos lóbuloalveolares de la glándula mamaria durante la gestación. Además, a la hora de sintetizar la leche, esta hormona desempeña varias funciones:
Estimula la captación de aminoácido.
Aumenta la síntesis de caseína y lactoalbúmina.
Estimula la captación de glucosa.
Aumenta la síntesis de lactosa y ácidos grasos de la leche.
La prolactina desempeña un papel principal en el desarrollo morfológico y funcional de la glándula mamaria.
Homeostasis
Además de regular las funciones reproductoras, la prolactina también controla un conjunto de funciones de autorregulación que conducen al mantenimiento en la composición y propiedades del medio interno del organismo.
Entre ellas, hay que destacar las acciones inumunorreguladoras de la prolactina, que directa o indirectamente están implicadas en el desarrollo y maduración de las células del timo y de los órganos linfoide periféricos.
También regula la homeostasis, controlando el transporte de iones sodio, calcio y cloruro a través de las membranas epiteliales del intestino, la captación de aminoácidos por las células epiteliales de la glándula mamarias, así como de otros iones y agua en el riñón.
En las glándulas sudoríparas y en las lagrimales, la prolactina modula su composición iónica.
Regulación de la secreción de la prolactina
Los estímulos fisiológicos que regulan la secreción de prolactina son múltiples:
La succión del pezón durante la lactancia.
El estrés.
El aumento de los esteroides del ovario, en especial los estrógenos.
Otros.
Todos estos estímulos los recoge el hipotálamo y comienza a sintetizar factores liberadores de prolactina y factores inhibidores. De esta forma, el hipotálamo ejerce un efecto mayoritariamente inhibidor sobre la síntesis y secreción de prolactina.
Además, la síntesis y secreción de esta hormona está influenciada por muchos otros factores liberados por otras células de la adenohipófisis, así como otras de la hipófisis.
Por otra parte, la dopamina es el mayor inhibidor de la síntesis y secreción de prolactina. Este neurotransmisor, tras interaccionar con los receptores dopaminérgicos D2 en la membrana de las células lactotropas, ejerce su función inhibidora.
Otras sustancias que también modulan la secreción de prolactina son:
Histamina: actúa a través de los receptores H1 y H2. La activación de los primeros tiene un efecto estimulador de la secreción de prolactina. Por el contrario, la activación de los H2 la inhiben.
Acetilcolina: su activación favorece la secreción de dopamina y la consiguiente inhibición de la secreción de prolactina.
La hormona estimuladora del tiroides: además de su función sobre la glándula tiroidea, también estimula la secreción de prolactina por las células lactotropas de la hipófisis.
La secreción de prolactina está modulada en gran medida por la dopamina. Sin embargo, también intervienen la histamina y la hormona estimuladora de la tiroides.
Patrones de secreción hipofisaria de prolactina
Los niveles de prolactina varían a lo largo de la vida. En la infancia son elevados y van disminuyendo hasta alcanzar los niveles de una persona adulta.
Durante la etapa de la vejez, se produce de nuevo un incremento de estos niveles relacionado con el debilitamiento del control inhibidor del hipotálamo.
Además, las concentraciones plasmáticas de prolactina también varían a lo largo del día, siendo mayores durante el periodo de sueño que durante el de vigilia.
Conclusión
La prolactina es una hormona natural del organismo que interviene en numerosos procesos bioquímicos. Sin embargo, su principal función se encuentra durante el periodo reproductivo y homeostático.
Es importante tener controlados los niveles de esta hormona ya que pueden estar aumentados o disminuidos, provocando diferentes síntomas. Consulta con el médico o farmacéutico cualquier duda que tengas al respecto.
Este artículo fue redactado y avalado por la farmacéutica María Vijande
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