Patricia Matey | El Mundo
Para muchos adultos, las comidas familiares no suelen ser plato de buen gusto, pero no es lo mismo en el caso de los niños. A los menores sí les gusta comer en familia y cuántas más veces mejor.
Y no les falta razón, porque hay base científica suficiente como para afirmar que sentarse a la mesa con los padres beneficia la salud de los pequeños . Ahora, y gracias a un nuevo estudio, se sabe además que la calidad de las interacciones familiares durante el desayuno o la cena afecta a la salud de los niños con asma.
"Las comidas familiares son eventos regulares y repetitivos vividos por la gran mayoría de niños y adolescentes. La frecuencia de estas comidas tiene efectos postivos en la salud infantil: mayor consumo de frutas y verduras así como un menor riesgo de abuso de sustancias. Por el contrario, los pocos encuentros en la mesa se relacionan con mayor riesgo de trastornos de la alimentación. Sin embargo, aún está por determinar de forma más precisa cómo la calidad de las interacciones familiares se relaciona con la salud infantil" aclara Barbara Fiese de la Universidad de Illinois (EEUU) y autora principal de la investigación
Por este motivo "el objetivo principal de este estudio es ampliar las investigaciones que vinculan las comidas en familia con la salud de los niños y considerar cómo el 'abc' (Acción, Control de la Conducta, y Comunicación) de las interacciones familiares durante las comidas se relaciona con indicadores de salud", agrega, en el último 'Child Development'. Se entiende por 'acción' el tiempo que uno de los miembros de la familia se aleja del grupo, bien por levantarse de la mesa, hablar por teléfono, ver la televisión o entretenerse con algún juego electrónico. 'Control' del comportamiento hace referencia a la cantidad de tiempo dedicado a corregir las conductas en la mesa, mientras que la 'comunicación' se centra en la forma de interactuar con los hijos , comunicarse positivamente, mostrar los sentimientos, entre otros aspectos.
200 familias
Así, los científicos observaron por vídeo durante ocho semanas a 200 familias con hijos de entre cinco y 12 años que tenían asma persistente. Asimismo, se determinó si los niños tomaban medicación después de hacer ejercicio, si la persistencia del asma les obligaba a usar medicación de forma frecuente, la necesidad de evitar ciertos alérgenos y, en general, las medidas rutinarias empleadas para controlar la enfermedad.
"El tiempo medio de duración de las comidas fue de 18 minutos . Pero incluso pese a esta corta duración, la calidad de las interacciones familiares se relacionó con un mejor funcionamiento pulmonar de los niños, una mejoría de los síntomas y un aumento de la calidad de vida", insisten los investigadores Otros datos que se comunican en el estudio hacen referencia a que las familias en las "que los primeros cuidadores tienen menor nivel de estudios, o son monoparentales o con menos miembros, tienden a ausentarse más de la mesa, ven más la televisión y hablan más por teléfono durante el almuerzo. Esto se traduce en una comida más desorganizada, lo que repercute en la salud infantil", determina el trabajo.
Los argumentos
José Ramón Villa, jefe de sección de Neumología Pediátrica del Hospital Niño Jesús de Madrid, reconoce a ELMUNDO.es que le resulta "muy curioso ver el poquísimo tiempo que dedican las familias del estudio a la comida familiar. Sin embargo, las que dedican más y más calidad a estos encuentros tienen niños con asma mejor controlada. Y creo que puede deberse a que, probablemente, las familias de más nivel socio-cultural y las familias mejor estructuradas, son las que dedican más tiempo a la comida y las que se centran más en la conversación familiar y no en ver la televisión. Estas, probablemente, son las que mejor cumplen el tratamiento y, por lo tanto, las que logran un mejor control de la enfermedad".
Este especialista cree que otra explicación a este hecho reside en la dieta . "Algunos estudios apuntan a que una dieta rica en antioxidantes, frutas y verduras ayuda a un mejor control del asma. Las familias que comen rápido es probable que hagan una dieta más basada en comidas precocinadas y con más 'comida basura' lo que tendría un efecto negativo en el asma del niño".
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