Si la ansiedad te limita y no te deja disfrutar de las cosas de la vida es importante que aprendas unas claves básicas para aprender a controlarla.
En muchas ocasiones un poco de ansiedad puede ser el motor perfecto para empezar a hacer cambios en nuestro beneficio, como se dice coloquialmente “ponernos las pilas”, pero si el nivel aumenta podemos encontrarnos en una situación amenazadora.
Hay muchos estudiantes que esperan hasta el último momento para estudiar porque cuando se acercan las fechas de exámenes, una pequeña dosis de ansiedad se convierte en un motor sensacional para concentrarse y ponerse a estudiar seriamente. No vamos a decir que esto sea lo más positivo o que sea una buena estrategia ya que la ansiedad puede subir a un nivel tan estresante que sea muy difícil concentrarse y no pensar en lo peor.
Síntomas de la ansiedad
Cada persona puede enfrentarse y afectarle a la ansiedad de una forma diferente, tanto física como emocionalmente.
Si nos centramos en los síntomas emocionales que puede despertar la ansiedad, uno de los más frecuentes es la negatividad y la preocupación excesiva, es como si uno perdiera la objetividad y todo fuera cuesta abajo. Unas inmensas ganas de llorar o incluso un llanto descontrolado puede estar relacionado con la ansiedad, tensión, irritabilidad, problemas para conciliar el sueño o periodos de insomnio, etc.
Hay personas a las que les afecta la ansiedad directamente sobre el cuerpo, pueden perder el apetito o directamente lanzarse a la nevera a comer todo lo que se encuentren, es frecuente que haya problemas gastrointestinales (mala digestión, diarrea, etc.), palpitaciones, pérdida de visión nítida, náuseas, aparición de eccemas, temblores o movimientos repetitivos, etc.
Hay quien dice que la ansiedad es un claro reflejo de que una persona está viviendo en el futuro, en un tiempo en el que no puede controlar nada porque tan si quiera ha ocurrido y es en su pensamiento donde están sucediendo todas las posibilidades, negativas y positivas, que están generando la ansiedad que sufre.
Podríamos decir que una de las formas en las que se puede combatir la ansiedad es siendo consciente de la línea depensamiento que se está siguiendo, cuando uno comienza a pensar de forma negativa sobre algo que todavía no ha ocurrido y parece que uno entra en una espiral de la que no va a poder salir. Esto puede llevar tiempo, aprender a darse cuenta cuando uno está saltando al vacío de sus propios pensamientos negativos y es tan importante ver lo que uno hace como aprender a parar de pensar, vivir en el momento presente porque el futuro a veces nos sorprende.
Si os digo que hay que aprender a tomarse la vida con más calma ¿Qué me diríais? Hay que aprender a revalorizar las cosas, ver lo que verdaderamente es importante y darnos cuenta de que a veces nos estresamos por cosas que no son cruciales. Por ejemplo, esto es algo que suelen comentar muchas personas cuando fallece alguien de forma inesperada o una persona joven, “la vida es muy corta” y la realidad es que pocas veces nos damos cuenta de esto para estrujarla al máximo, para disfrutarla y no sufrirla.
Una forma activa de combatir la ansiedad y los síntomas físicos, como la tensión, que están relacionados es el deporte. A través del ejercicio físico se puede descargar la tensión, dejar de pensar cíclicamente porque uno se concentra en lo que está haciendo y, finalmente uno siente bienestar. Por la misma razón, reservar una hora o un ratito al día para hacer algo que te produzca bienestar, que te guste y te relaje es algo más que necesario para rebajar la ansiedad y desconectar.
Aprender a relajarse ya sea con técnicas de relajación que se basan en la respiración o en tensión-relajación muscular como con ejercicios prácticos como el yoga o el tai-chi pueden ser una excelente herramienta de trabajo para aprender a combatir la ansiedad. Aprender a respirar de forma tranquila y sosegada te ayudará a controlar las palpitaciones, a sentirte más tranquilo y relajado.
Estos son indicaciones generales que pueden serviros a combatir la ansiedad pero hay que tener en cuenta que cada persona es única y por lo tanto, necesita un tratamiento único que puedes encontrar en una terapia. Si la ansiedad te limita, es una buena razón para buscar una ayuda extra.
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