Tal vez hayas oído las noticias. Parece que todo el mundo está hablando de ello. Un estudio reciente demostró los efectos beneficiosos de la dieta mediterránea en las personas que están en mayor riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular.
Los medios han respondido con titulares como: “La dieta más saludable en la tierra” y “La grasa es buena después de todo”.
Estos titulares simplifican en exceso lo que estos estudios encontraron realmente, pero el beneficio de una dieta de estilo mediterráneo con verduras, frutas, granos enteros, y la grasa del aceite de oliva y frutos secos, reduce la incidencia de la enfermedad cardíaca y el accidente cerebrovascular hasta en un 30 %. Algunos estudios sobre el tratamiento con estatinas (un medicamento comúnmente recetado para reducir el colesterol) mostraron una eficacia igual, lo que significa que un cambio en la dieta puede ser potencialmente tan eficaz como la terapia con medicamentos. Esto es emocionante. También es una oportunidad para tomar en serio la idea de que los alimentos que consumimos realmente afectan la salud.
Sin embargo, la realidad es que, como cultura, esta es una dieta difícil de incorporar. Por mucho que los profesionales de la salud puedan animar a los pacientes a comer saludable y hacer elecciones saludables de alimentos, la cultura alimenticia con la que se vivió durante tanto tiempo no ayuda demasiado.
Por otro lado, el mercado da a la gente lo que quieren, así que si queremos elegir opciones saludables, depende de nosotros. Hay que exigir opciones saludables. Si no se puede confiar en lo que hay en el mercado para mantenerse sano, hay que trabajar para alcanzarlo.
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