Son el resultado de las largas caminatas y el tributo que hay que pagar muy a menudo por unos zapatos
nuevos.
-Tomar algunas hojas hermosas de repollo, limpiarlas con agua fría y cocerlas en medio litro de leche.
Dejar enfriar y aplicar la pasta así obtenida sobre la parte afectada.
La ampolla debe reabsorberse sin que la epidermis caiga, dejando en vivo la dermis.
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